Esta semana me gustaría responder a una duda de muchos de ustedes: ¿Qué hago si a mi pareja no le gusta el sexo oral? Sí, hoy es el turno de los chicos, ya que para la mayoría de los hombres, hay pocas cosas –en el sexo- tan disfrutables como recibir una buena sesión de sexo oral.
Seamos honestos ¿por qué no estaría increíble? Es ese momento donde te olvidas del mundo y te concentras en lo tuyo… en disfrutar. Para mí, es muy común, que mis pacientes hombres se quejen de sus parejas –mujeres- porque no les gusta esta práctica o porque rara vez aceptan hacerla; por supuesto que existimos muchas mujeres que sí disfrutamos de darle placer a nuestra pareja, pero también hay muchas que tienen una serie de consideraciones al respecto. Aquí, te paso algunas de las más comunes, que pueden hacer que las mujeres no consideremos la felación como una práctica placentera.
Nos sentimos humilladas/sobajadas/utilizadas. Esta es una de las más comunes. Triste, pero cierto. Muchas mujeres sentimos que es una práctica “denigrante”… a veces por la posición, otras por lo que creemos que simboliza. No importa cuál sea: chicas que están leyendo esto, ¡no se azoten! Es una práctica como cualquier otra, en el sexo no hay tal cosa como “bueno” o “malo”… existe el: me gusta y el no me gusta. ¡Olvídense de los “debería”!
Creemos que es una práctica exclusiva de prostitutas. Nada más alejado de la realidad, pero incluso si fuera cierto ¡pues a aprender de las profesionales! Se vale aprender de todos y todas.
El olor y/o el sabor nos parece desagradable. Hombres, primer paso: es importante una higiene adecuada, esa gotita traicionera después de ir al baño luego se acumula y no huele muy agradable… ¡lávense bien el aquellito! Ahora, si la higiene no es el problema, puede que tu humor no sea muy compatible con el suyo, pero no te preocupes… ¡echen a volar la imaginación! Pueden usar lubricantes de sabor, ¡será como lamer tu lolly pop favorita!
Nos da pena porque no sabemos cómo hacerlo. Aquí nunca mejor aplicado: “La práctica hace al maestro”… chicas ¡a practicar! Hombre: si tu pareja no sabe cómo, enséñale, déjale saber que para ti está bien que no sepa cómo. Tú te conoces y la puedes ir guiando.
La cosa, se reduce –como casi siempre- a la comunicación. No te niegues por decreto a probar X o Y práctica, date permiso de notar qué te pasa y cómo sí podrías probarla. Se vale que no te guste hacer de todo y con todos, pero también se vale cuestionarte y ver desde dónde decides que no te gusta determina práctica. De tarea, pregúntate ¿qué tanto platicamos de estos temas mi pareja y yo? ¿Le dejo saber todo lo que me gusta y lo que no me gusta? ¿Qué tan seguido conversamos de cómo estamos y cómo nos sentimos en el terreno sexual?
Nadie nacemos con manual, todos aprendemos sobre la marcha. Anímate a conocerte y dejarte conocer por tu pareja.