El afuera si importa, hay una ley universal que dice; “Como es el afuera es el adentro, como es el adentro es el afuera”, así que por más superficial que parezca el afuera si importa, pues es una proyección del adentro.
Para vernos bien hace falta sentirse bien.
¿Cómo logro esto? Cuando todo lo de afuera es un caos mi trabajo, mis estudios, mi pareja y ni hablar de la relación conmigo mismo, la cual muchas veces es inexistente.
La caridad empieza por casa, y esto no es un cliché, ni un hecho egoísta o narcisista.
Te invito a reflexionar en la idea, de que sí tú estás bien tu mundo está bien.
Nos han educado a poner la atención en el afuera, esto es en los demás, en nuestra imagen, olvidándonos del adentro, que es igualmente importante o quizás más.
El universo responde a nuestras emociones, a nuestros sentimientos, los cuales provienen de nuestras creencias, esto es de nuestros pensamientos.
Parecería muy difícil cambiar algo en nosotros pero la verdad es que somos, “reprogramables”. En general hemos sido programados a pensar mal.
Lo que hay detrás de muchos pensamiento es miedo, “Cuidado te vas a caer”, “Estudia para ser alguien en la vida”, “Ganar dinero es muy difícil”; “Cásate o no te realizas”. Etc.
Lo bueno es que podemos y debemos reprogramarnos en el bien, en el amor, en lo que sí queremos vivir. Buscando el amor, la seguridad, la certeza de que si hay y de que sí merezco.
Antes creíamos que el pensar era en abstracto que no había un efecto, ahora sabemos que nuestros pensamientos son energía y atraen a su igual.
Nuestro regalo es podernos reprogramar y como todo, es cuestión de repetición y confianza.
Así como antes pensábamos que merecíamos el mal o que seguro se iba a manifestar, hay otra ley, “La ley de polaridad”, que nos habla de que existen dos polos, el positivo y el negativo ¿En cuál quieres poner tu energía?
El libre albedrío es un regalo universal, cada uno de nosotros escoge y decide donde poner su atención.
¡Dónde está mi atención estoy yo!
Se trata de recuperar la confianza, el amor personal, el amor a la vida, para lograr cambiar la polaridad y generar pensamientos buenos.
La trilogía va; pensamiento, palabra y obra.
Es por eso que es importante pensar bien, pero también apoyarlo con la palabra.
Trata de no hablar de nada negativo, ni de repetir experiencias negativas a través de la palabra.
La vida es un juego educativo y es por eso que no hay que tomársela tan en serio, pero si hay que aprender de la experiencia.
El juego de la vida va así:
1.- ¿Qué quieres ser, hacer o tener?
Esto depende de ti.
Hay que aprender a pensar bien y creer que si se puede tener aquello que deseas. Hablar como si ya fuera una realidad aquí y ahora visualizarlo viviéndolo y sobre todo agradecerlo de ante mano (Como el anuncio de la Lotería “Ya me vi”)
2.-El universo se ocupa de los detalles, esto es en cuestión práctica.
¿Cómo se resuelve? ¿Cómo llega a mí? Etc. (Esto no depende de mí)
3.-Abrirme a recibir el bien.
Quiere decir, recibir alegremente el resultado de lo que he estado pensando decretando y visualizando (Esto sí depende de mí)
Es tan fácil que la mente humana, la cual es bastante compleja no lo creé posible.
Pero es real que el bien es para todos, es de lo que más hay y lo que merecemos, “El sol sale para todos”.
Ábrete a recibir todo lo bueno que la vida tiene para ti hoy y verás cómo tu mundo interno es reflejado en tu mundo externo.
Te quiere
Martha Sánchez Navarro