Pareciera que la lucha entre el bien y el mal es algo que ha existido desde la creación del universo. Algunas personas piensan con respecto a esto de manera absoluta al grado de dividir la existencia en dos bandos totalmente opuestos; uno encabezado y dirigido por Dios, que sería el Bien y el otro encabezado y dirigido por el Diablo, que sería el Mal. Pero esta visión es muy simplista y primitiva, por lo cual decidí explorar en este artículo estos dos conceptos arquetípicos de la vida.
En todo momento va a existir gente que vea determinados actos malos como buenos y otros que vean actos buenos como malos. ¿En realidad qué es la bondad y qué es la maldad?
Cada sociedad ha heredado gracias a su historia, unos conceptos sobre lo bueno y lo malo, sobre los que establecen juicios en beneficio de un determinado modo de vida con el que se han identificado.
De manera egoísta el ser humano tiende a pensar que lo bueno es lo que a él le beneficia, inconscientemente el individuo dice yo soy bueno, por lo tanto el otro es el malo. Durante la guerra fría para los Estados Unidos, el malo era Rusia, sin embargo para los Rusos el malo era Estados Unidos. Tendemos a pensar como individuos y como grupo social que lo malo es lo diferente a nosotros. Por extraño que pueda parecerte, para el Nazismo el mal estaba encarnado en el pueblo Judío por lo cual decidieron que había que exterminar ese mal.
El Bien es algo que asociamos con construir, en cambio el mal lo asociamos con destruir y esto lo llevamos a todos los contextos, por ejemplo los efectos de un terremoto o un huracán. De inmediato lleva al ser humano a pensar en el mal, a que esto fue una acción del Diablo buscándonos dañar. Y por lo tanto un gran porcentaje de personas creen que estamos en un campo de batalla en el cual se están peleando continuamente el bien contra el mal.
Revisemos en algunos personajes que todos podemos reconocer, algunas cualidades de los arquetipos que relacionamos con la bondad y la maldad. Héroes (El Bien) y Villanos (El Mal).
El Héroe (El Bien) Es disciplinado, sigue las reglas, es predecible, es alegre, sigue rutinas, piensa en muchas cosas como lo es el bien común.
El Villano (El Mal) Rompe reglas, es impredecible, es transgresor, provoca el cambio, el caos, es serio y está obsesionado en una sola idea (Odia al héroe sobre todas las cosas).
¿Realmente Dios y el Diablo están en un continuo enfrentamiento? Revisemos la mitología, Dios y el Diablo parecieran dos colegas que se entretienen jugando con nosotros, destrozándonos la vida. En la Biblia se describe la historia de Job (El Santo) Satanás le propone un reto a Dios y le dice: “te aseguro que tu amado Job no resistirá ni tantito el que lo torture y así te demostraré que derrumbaré su fe en ti”. Dios acepta el reto y solo le pide que no lo mate. Después de esto, Satanás le mata a todos sus seres queridos, lo enferma y lo hace pedazos sometiéndolo a un dolor indescriptible, ante lo cual Job lo resiste todo y Dios gana el reto. Al parecer en el fondo Dios y el Diablo son buenos amigos.
Si partes de la idea de que al principio de los tiempos solo existía Dios y que de él surge absolutamente todo, entonces llegarás a la conclusión de que lo que se le ha llamado el Diablo o el Mal también es una creación de ese Dios. La existencia es como una moneda con dos cara y estas son: El Bien y el Mal, Dios y el Diablo, Construcción y Destrucción, Orden y Desorden, Positivo y Negativo, Masculino y Femenino. Etc.
El Taoísmo tiene un símbolo que describe esta dualidad de todo lo existente en la creación, este es el Yin-Yang, que describe las dos fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad, la absorción, el mal, el diablo. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad, la penetración, el bien y lo que la mayoría relacionan con Dios.
El Yin-Yang es la dualidad contenida en la unidad, dos fuerzas que se equilibran y retroalimentan, no podría existir una sin la otra. Cabe resaltar un aspecto importante contenido en este maravilloso símbolo milenario; y esto es el que si prestas atención dentro del lado blanco, que simboliza lo masculino (el bien) hay un toque de negro que simboliza lo femenino (el mal) y bizseberza. Veamos esto dentro de un ser humano; todo hombre tiene una energía femenina dentro de el y toda mujer contiene una energía masculina dentro de ella y esto se da desde lo esencial, sus cromosomas. Todo individuo sin importar su sexo, tiene en su ser cromosomas tanto masculinos como femeninos.
Por lo cual dentro de todo individuo sin excepción habita tanto el bien como el mal. Y un primer paso dentro de un trabajo de crecimiento personal, o desarrollo espiritual es el comenzar por reconocer y aceptar esto. Podría decirse que un individuo obra mal cuando actúa con egoísmo y afecta las conexiones que lo relacionan a las personas, busca únicamente un beneficio propio a expensas de afectar los de otros, o considera que la vida es algo desechable y no un gran valor en sí. El bien, por el contrario, es lo que genera y fortalece las conexiones humanas, lo que recupera y restaura las relaciones de la sociedad. Debemos vencer los impulsos negativos del odio y la destrucción, mediante el proceso de reconocer, confrontar y transformar la oscuridad fundamental, y ejercitar y fortalecer la función del bien en nuestras vidas.
Armando Franco
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