¿Cuantas veces te has empeñado en realizar trabajos arduos cuya recompensa dura sólo unos instantes? Hay cosas en la vida a las que le damos toda nuestra atención y esmero, pero al final son cosas vanas, que no nos ofrecen algún crecimiento económico o profesional, terapéutico o cultural. Simplemente a veces hacemos cosas por mucho tiempo, le dedicamos varios minutos de nuestra vida sólo para ver al final de nuestra tarea que no obtuvimos ningún beneficio, o bien, nuestra satisfacción duró sólo unos instantes.
Algunos episodios de tu vida podrían compararse a la sensación que sientes cuando te formas dos horas para subir a la rueda de la fortuna, sólo para disfrutar de tres minutos de diversión. ¿Qué te da mayor crecimiento profesional en la vida? ¿El récord de un nuevo videojuego o leer un libro? Si bien es cierto que apenas tenemos tiempo libre, el poco que nos queda es mal aprovechado. La siguiente historia nos hará reflexionar un poco acerca de las cosas a las que deberíamos prestar mayor atención. Esta es la historia del espectacular pero poco útil reloj de paja.
Hace muchos años un personaje de Nuremberg, Alemania, construyó un reloj con pequeñas pajas, todo el material y cada una de las piezas era de paja, el estuche, las manecillas, la maquinaria, el péndulo, el armazón… ¡todo! Las personas simplemente quedaban fascinadas al admirar su obra.
Entre los curiosos que estaban presentes en la presentación del sorprendente reloj, estaba un relojero suizo, quien se acercó al autor de la obra para hacerle algunas preguntas.
— ¿Cuánto tiempo de vida útil tendrá su reloj?
— Dos años. No creo que funcione más de ese tiempo— contestó el alemán.
— Y ¿cuánto tiempo dedicó usted en hacer esta obra? —Diecisiete años— contestó el autor de la obra.
Diecisiete años llenos de esfuerzo, estudio, análisis, experimentación, planeación y dedicación en construir un reloj que haría un trabajo con altos índices de error por solo un par de años, cuando hubo cientos de cosas por hacer más importantes y necesarias que exigían la atención del relojero de Nuremberg. Quizá rechazó grandes oportunidades y trabajos importantes sólo para dedicarse a un reloj que le dejaría frutos de escasos dos años.
El trabajo es algo importante, pero también lo es prestar atención a las cosas de verdadera importancia. No estamos diciendo que abandones tus sueños, al contrario. Renuncia a esas cosas ociosas que no te dejan crecer profesional o personalmente y comienza a trabajar por aquello que exige tu empeño inmediato.
Piensa en esto ¿qué es más importante entre un programa de televisión o un curso de computación? Sin duda es sano tener momentos de entretenimiento, pero no descuides tu crecimiento profesional, es mejor que seas un reloj útil a que te conviertas en uno de paja. Aprovecha tu tiempo.