¡Levanten la mano todos aquellos que aplaudieron alguna acción realizada por Cuauhtémoc Blanco dentro de una cancha de fútbol!
Ese gran personaje mexicano, oriundo del barrio bravo de Tepito que siempre ha estado en el ojo del huracán… y tranquilos, no vamos a hablar de política, aunque “Mi Cuau” funja en este momento como Alcalde de Cuernavaca. Lo que quiero platicar es lo que va a suceder este sábado 5 de Marzo en el Estadio Azteca.
A sus 43 años de edad el ex seleccionado mexicano volverá a jugar de manera profesional con el llamado equipo de sus amores, “Las Águilas del América”, en una especie de partido de despedida. Dejando a un lado las conjeturas o los malos pensamientos, propios de este país, el equipo consiguió registrar de manera 100% legal y a tiempo al “Cuau” para poder jugar con él, no 5 ni 10 minutos, sino mínimo 30 como ya amenazó (perdón, comentó) el ex futbolista, (bueno ex futbolista que será futbolista por un día y luego ex futbolista otra vez).
Pero algo que muy pocas personas saben es que en sus inicios el llamado “Temo” trabajaba en la cafetería del Club América para ganarse una lanita extra, mientras llegaba la tan anhelada oportunidad de debutar como profesional. De hecho con su primer sueldo de futbolista lo primero que hizo fue comprarle un pastel a su mamá (¡ternurita!).
Sin duda, durante 22 años de carrera nuestro personaje se dio a conocer por su gran talento, pero también por sus grandísimas excentricidades.
Suena extraño remarcar, por ejemplo, que un jugador de su talento y calidad ¡solo ganó dos campeonatos en su vida!, cifra que algunos les parece menor.
Fue constantemente convocado a la Selección Nacional Mexicana y aunque consiguió 38 goles vistiendo la playera nacional, también fue esta playera la que le trajo dos de sus más grandes decepciones.
La primera fue su lesión el 8 de Octubre del 2000, jugando en el Estadio Azteca contra Trinidad y Tobago. Hablamos de una entrada que literalmente partió la pierna del jugador mexicano y que además de acabar con los ligamentos de la rodilla, terminó también con la carrera del Cuau en España, que acababa de ser contratado por el Real Valladolid. Después de este tropiezo, nunca se logró consolidar en el viejo continente.
La segunda fue su exclusión del grupo que nos representó en el mundial de Alemania 2006, por decisión del entonces entrenador nacional, pese a que Cuauhtémoc pasaba por un buen momento futbolístico. En caso de haber asistido a este campeonato, el “Cuau” tendría 4 mundiales en su curriculum.
Uno de los episodios más curiosos que le tocó vivir en su carrera sucedió durante su aventura en el futbol español. En una visita de su equipo Valladolid al Real Madrid, el mexicano entró de cambio, y en tiro libre en los últimos momentos marcó un golazo (el empate de su equipo) sin embargo esto no fue tan celebrado por sus compañeros ya que, aunque no lo crean, habían apostado 3 millones y medio de euros pero ¡¡¡CONTRA ELLOS MISMOS!!!, así que el gol de Cuauhtémoc vino a arruinarles el «negocio».. cuanta confianza se tenían ¿no?.
Por otro lado, su educado toque y juego con el balón contrasta con su elocuencia y manejo de palabras tan accidentado. Sin duda existen frases que pasarán a la historia por su “compleja claridad” (ya estoy cantinfleando como él) y que ya son del dominio público.
Por ejemplo, una vez refiriéndose a unos reporteros dijo: “esos tres son un par de vividores” (whaaaat?)… o qué tal cuando gritó afuera de una rosticería: “eso pollos son de perro”. Frases, entre muchas otras, que se han quedado con nosotros para siempre y que han sufrido el mismo efecto que el “Surimi” de Ninel Conde.
Y esa poderosa elocuencia no cambió mucho durante su campaña política, donde basó toda su estrategia en el contacto directo con la gente en colonias populares y mercados, y donde repetía siempre lo mismo: “yo no soy político”, “yo no te voy a robar”… “me he roto la madre trabajando 22 años para mantener a mi familia” (trabajando en algo totalmente diferente a la política, pero trabajando al fin)… “los políticos tienen miedito de que me los chingue”… Y qué creen?… le funcionó.
Hay muchas críticas por la poca seriedad que refleja nuestro campeonato mexicano al permitir a un político jugar a medio torneo, y podríamos enfrascarnos horas en una polémica de este tema, pero qué tal que ganan con un gol del “Cuau”?… o qué pasará si por una jugada irresponsable de “el Temo” lo expulsan y deja al América con un hombre menos?…
Curiosamente el nombre Cuauhtémoc significa “águila que cae” pero Cuauhtémoc Blanco no solo no cayó, sino que voló a unas alturas inimaginables que lo convirtieron en uno de los mejores y de los más consentidos jugadores de la historia del fútbol mexicano.
La moneda está en el aire, el sábado por fin se va un grande (o sea ya se había ido, pero siempre no y luego que siempre si, es como Vicente Fernández), así que levanten la mano todos aquellos que como yo estarán pendientes de este juego sin importar mucho cual sea el resultado final… simplemente lo veremos para ser testigos de la última patada de “El Gran Cuauhtémoc Blanco”.
MF