Estoy segura de que si te remontas a los años en los que asististe a la escuela primaria, será fácil que te acuerdes (eso espero) del origen del juego de pelota mesoamericano; pero en caso de que esto no ocurra, en esta ocasión lo recordaremos. En las bajas tierras costeras, cerca de la región de Soconusco, se hallaron vestigios del campo del juego de pelota más antiguo hasta la fecha, que data del año 1400 A.C., en esta región abundaba el árbol del caucho, material con el que se hacían las pelotas para jugarlo. También se han encontrado hallazgos del juego en el Istmo de Tehuantepec donde floreció la cultura olmeca.
El juego contó con una gran difusión durante un largo periodo de práctica, razón por la que tuvo cambios significativos, y la manera más conocida o la principal es pelota-cadera; la evidencia arqueológica sugiere que la pelota era golpeada con un palo y una combinación de movimientos, la disputa era entre dos equipos, mismos que podían variar de dos a cuatro participantes. Muchos de los juegos fueron total y absolutamente para el ocio y el esparcimiento; sin embargo, algunos otros finalizaban incluyendo el sacrifico humano, tal vez con un sentido ritual. Cabe mencionar que ya el juego en sí podía causar lesiones permanentes, dolorosas y de difícil curación, pues la pelota al ser tan pesada era capaz de lastimar a uno de los jugadores al realizar un mal movimiento. Como serían los golpes, que existen crónicas solamente de las fuertes contusiones que al no poder tener una cura tenían que ser desbridadas para que por ese corte corriera la sangre y se evitaran las hemorragias y fuertes inflamaciones. Se dice que si la pelota golpeaba al jugador en el estómago era inminente una muerte inmediata.
Las reglas del juego cambiaban según la región, pero se jugaba semejante a lo que hoy es el volibol aunque sin red. Los mayas en el periodo Posclásico hicieron una variación y colocaban de manera vertical anillos de piedra para hacer pasar por ahí la pelota; esta modalidad se extendió hasta los Toltecas y los Aztecas.
No siendo suficiente con los golpes de la pelota los diestros jugadores tenían además que saber portar el equipo que constaba de capas, máscaras, tocados, guantes, rodilleras y hasta faldas en algunas culturas; aunque para otras sólo era suficiente con el taparrabos y protectores hechos de cuero para proteger el área de la cadera. También usaban un cinturón de mimbre que les servía como escudo muchas veces y para lanzar la pelota.
Se tenía la creencia que la pelota que rebotaba representaba al Sol, en la cosmología el juego representaba el día y la noche o una batalla entre la vida y la muerte. Estar en el campo de juego y jugar le permitía a cada jugador ser parte del orden cósmico del universo y la regeneración de los ciclos.
Afortunadamente esta tradición sufrió una metamorfosis con el transcurrir del tiempo, sin contar con los actos de sacrificio, y cambiando el tamaño y material del balón para beneficio de los jugadores involucrados. Hoy día esta nueva versión de ulama moderno (juego de pelota) se juega en algunas comunidades de Sinaloa.
Que tengas una bendecida semana.