Es común dar una opinión sin conocimiento de causa. La mayoría de la gente no quiere ser criticada ni juzgada, pero no nos damos cuenta, que muchas veces es exactamente lo que hacemos. Se nos hace tan fácil hablar de algo que ni sabemos y ni nos importa.
Piensa en cuánto sabes tú de la vida de los amigos de tus amigos, ahora imagina cuánta gente sabe de tu vida, que ni te conoce y probablemente opine, ¡como si supiera! Hablamos mucho y generalmente mal de la gente y de nosotros. ¿Qué crees? Al chismear y criticar, perdemos nuestro dinero ¿Por qué? dirás, ¿Qué tiene que ver? Metafísicamente hablando, el criticar es un robo mental, le estamos quitando energía a esa persona, la «Ley de Causa y Efecto» que también conocemos, como la ley del bumerán, dice; Todo lo que sale de ti, a ti regresa. Cuando tiramos mala onda, hablamos mal de alguien, estamos asegurándonos que alguien más lo haga con nosotros y además ponemos en juego nuestra economía, pues alguien vendrá a robarnos o nos quitaran algo que era nuestro. No vale la pena ¿o sí? Toma en cuenta que lo que más críticas es tuyo, se dice «si te choca, te checa» también hemos hablado de cómo, toda percepción, es una proyección. Lo que nosotros vemos afuera, es nuestro estado mental proyectado. Piensa por qué críticas o juzgas tales cosas y no otras, ves cómo si hablan de ti.
Queremos vivir en paz y que nadie se meta con nosotros, nosotros metiéndonos y no dejando en paz a los demás, ¿no checa, verdad? Te invito hacer un ejercicio que te ayudará a poner tu atención en ti y soltar a los demás. Hazte consciente cuándo estés de criticón, no te critiques por estarlo haciendo, más bien, date cuenta qué es lo que estás criticando. Ve por qué te hace tanto ruido, el suficiente para que pongas tu atención ahí. ¿Tienes tú eso que estás juzgando o crees que eres todo lo contrario?, y si crees que tú no lo tienes, qué más te da, ¿que alguien más sí? Recuerda que tu mente requiere de energía para pensar y si es para pensar mal, la estás gastando a lo tarugo! Y si sí lo tienes arréglalo en ti y agradece el regalo de poderlo ver en alguien más, para corregirlo en ti.
Nuestras relaciones son una escuela, aprendemos a través de nuestras reacciones con las diferentes personas, a conocernos a nosotros mismos, porque no somos iguales con todos y esto nos permite el autoconocimiento. Al dejar de criticar puede que te creas aburrido y tus amigos sientan que ya no eres cómplice, pero poco a poco verás cómo te llega gente nueva, que está en otra frecuencia, más sana y amorosa y también cómo el dinero siempre fluye en tu vida. No me creas nada, hazlo y tú me cuentas. Todo es bastante lógico cuándo lo pensamos, para el impulso y estate presente, sólo aquí y ahora, verás qué ligereza. Piensa bien, habla bien y haz el bien. (sin mirar a quién, dijeran las abuelitas)
Bendiciones