El mejor amigo

Francisco Javier Garrido

Francisco Javier GarridoEra una tarde lluviosa y de trabajo, decidimos relajarnos un poco y tomarnos un café mientras reducía la intensidad de la lluvia. Había sido una jornada pesada y el café caliente en este momento se convertía en un verdadero refugio.

Dany y yo mirábamos la lluvia y escuchábamos su hermoso sonido constante; cada uno de nosotros ensimismados en nuestros pensamientos.

Saque de la bolsa del pantalón mi teléfono móvil y puse «the sky is crying» de «Gary B.B. Coleman» las notas profundas que salían de aquella guitarra pusieron nuevos colores sobre aquel paisaje verde con gris.

–Justo cuando pensaba que era tan perfecto, vienes con esa música y lo mejoras –Me dijo–.

–¿Sabes? He trabajado con diferentes personas y los considero muy buenos compañeros, además de muy profesionales; la mayoría. Pero a ti te considero un amigo. No se si porque te admiro o porque… no lo sé.

–¿Tú crees que soy tu compañero o tu amigo?

–¡Mi amigo sin duda! –Le respondí–.

–Ya lo sabía, sólo quería corroborar –Me dijo sonriendo–.

–No estés de puto –Le advertí, mientras le daba un puñetazo en el hombro–.

–A veces la amistad es algo difícil porque las personas dicen que son tus amigos y luego no te ayudan o te ignoran… Algunos hasta se aprovechan de tu amistad para conseguir cosas. ¿no crees?

–No.

–¿Porqué no?

–Porque no creo en ese concepto de amistad, es demasiado berrinchudo y muy light para lo que en verdad implica una relación humana de ese tipo; va más allá de la idea social y de la correspondencia mutua. Lo he aprendido con el tiempo y gracias a mi mejor amigo.

Él se rio mucho cuando terminaba de decirlo; me interrumpió con esas risas burlonas repitiendo…

–¡Mejor amigo! –Y soltó una nueva carcajada– ¡Mejor amigo! 

–No manches, eso es como de la primaria o el kínder ¿no?

–¿Acaso no tienes un mejor amigo ahora? –Pregunte. Sus risas cesaron y su rostro se puso serio.

–No tengo amigos, casi; bueno… Té digo que tú. Y otros dos que mas o menos… Uno de ellos es mi hermano que a veces es como un amigo, pero no tanto… Además es mi hermano.

Entonces ahora fui yo quien soltó las risas en contraataque, pero espontáneo en verdad.

–¡Así que no tienes un mejor amigo. –Dije burlonamente– ¡Que chafa!

–¿Para qué sirve un mejor amigo?, ¿a ver? –Preguntó intentando mostrar desinterés mientras sorbía de su café–.

–¡Para nada! –Respondí sonriendo con complicidad, como si mi mejor amigo estuviera allí–. De hecho su verdadera definición es «mi pinchi mejor mal amigo» además de que es mi chavo. Lo quiero muchísimo y es más mi hermano que mis hermanos; tenemos más de media vida de conocernos como 18 años. Y hemos escuchado de todo por tener una amistad, desde que los mejores amigos es algo infantil como tú dices o que si somos gays porque siempre estamos juntos (celos de mi novia en turno, burlas de mi mamá y hermanas, etc). Nos damos tiempo de compartir cine, entrenamientos, música, chismes, debates intelectuales. Él no piensa lo mismo que yo, ni apoya todo lo que hago y viceversa. ¡Es más! Te contaré una anécdota que él niega y siempre cambia la versión del porqué actuó así en ese momento…

Nosotros trabajábamos juntos de seguridad en los clubs nocturnos y salíamos hasta la madrugada. obviamente muy cansados; así que tomábamos el transporte público y en el transcurso dormíamos. a veces nos pasábamos de la parada que nos dejaba cerca y teníamos que caminar más para llegar a casa. Aquella madrugada nos pasó eso y él se bajó sin despertarme, otro señor me avisó y baje después; mientras regresábamos él se adelantó porque llevaba prisa y cruzó mientras unos malandrines estaban allí esperando; lo vieron y como yo venía detrás se esperaron a mí; e intentaron robarme y yo me peleé con ellos a golpes y mi amigo se siguió sin apoyarme. En ese momento yo consideré que eso era hasta un acto de traición y cobardía… Y si lo era y lo será siempre.

Pero él dice que ni cuenta se dió. Hoy le creo; En aquel momento me molestó muchísimo y me enojé con él. Tiempo después inclusive por dimes y diretes le deje de hablar y a veces encontraba amigos que me hablaban de él o me preguntaban y yo ignoraba o callaba según mi humor y el caso.

Eso fue hace como 10 años o más… Y siempre lo molesto con esta historia y su respuesta es cada vez más descarada. La más reciente fue: «si tu podías con ellos. no estes chillando»

–¡Lo ves!. ¡Lo ves! Tu historia me da la razón.

–Tal vez, lo haga cuando usamos esa definición que tú mencionas, pero si dices que ahora yo soy tu amigo. Voy a desilusionarte pronto cuando tú necesites de mí y yo no pueda apoyarte y tú creas que yo no quiero hacerlo. Lo que sí te puedo asegurar es que tiempo después también lo busque para charlar.

–Se que hice una de las cosas más correctas en esta vida. Hoy tengo muchos amigos y familia además de contadas personas importantes en mi vida que han logrado enseñarme como maestros que son; pero sólo con él soy sincero aunque le quiera decir mentiras y él lo sabe y se ríe cuando lo intento porque nos conocemos bien. Y es así; la amistad y la hermandad van de la mano –Sorbí mi café–.

–No manches ya quiero tener un mejor amigo –Me dijo– ¿Quieres ser tu?

Solté una carcajada estrepitosa.

–Así no funciona. Además yo ya tengo un mejor amigo. –Se le conoce como el futuro maestro del terror en México y con más disciplina el mundo… Kris Durden–

–¡Ya bajo la lluvia, vámonos! –Dijo como si se hubiera enojado–.

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