Sabemos que los pensamientos no son en abstracto, son energía y atraen a su igual. También que es a través de la repetición y la emoción, que se manifiestan las ideas. Las creencias son: aquellos pensamientos que hemos aceptado como verdad, sin siquiera cuestionárnoslo; los acabamos viviendo porque nosotros les damos energía y poder. Por ejemplo; ¿Cómo pueden haber personas que al beber café éste no las deje dormir y otros que se pueden tomar un café expreso cortado doble en la noche y duermen como angelitos?, otras creen que sí comen aguacate y se enojan, le hace daño o que no deben comer sandía en la noche porque es fría.
Se llaman creencias y funcionan porque las creen. Una creencia se crea también por repetición, «Ponte el suéter o te va a dar gripa», una madre lo repite tantas veces, que el hijo se lo acaba creyendo y no tiene forma de discernir, simplemente lo toma como una verdad absoluta.
Tenemos creencias en relación a todo: la comida, el clima, el dinero, las relaciones, el amor, el trabajo, etc. Vamos, tenemos creencias en relación a cosas que ni conocemos. Como por ejemplo; la comida engorda, los cambios de clima nos enferman, el dinero no alcanza, las relaciones son difíciles, el amor no dura, el trabajo es una friega y así con todos los temas. Si te das cuenta tenemos más creencias negativas que positivas. Podemos pensar que somos realistas, pero ¿qué crees? “Si lo creo, lo creo”, si lo creo de pensamiento, lo acabo creando en experiencia.
Podemos cambiar las creencias que no nos gustan o que no van en sintonía con lo que queremos vivir. Y esto se logra a través de los decretos. Se nos dice: «Pide y se te dará», «Toca y se te abrirá”, «Tu palabra es ley» ò «Tus deseos son órdenes». No estábamos conscientes a qué grado creíamos que teniendo las mismas creencias un día la cosa iba a cambiar y eso no sucede. El mismo camino me lleva, al mismo lugar. Si queremos vivir algo diferente, debemos hacer cambios y estos se logran con los Decretos.
¿Qué es un Decreto, Afirmación o Línea de Poder? Es una creencia en potencia, es algo que todavía no me creo, pero que por repetición y con emoción, acabaré creyéndolo y haciéndolo una creencia. Los Decretos tienen su metodología; lo más importante es que tienen que estar en POSITIVO, aquí es donde más atención debemos de poner, porque una mente programada es negativo, creé estar decretando en positivo, sin darse cuenta que sigue pidiendo en negativo.
Una vez una chica en uno de mis cursos dice; mi decreto es: «Quiero una casa menos fría», y le contesta otra chica: no así no, recuerda en positivo, pide una casa más calientita. Otra vez un chico me pedía un decreto para no reprobar y yo le decía: ¿Qué quieres? Y él me repetía: pues no reprobar, no irme a extraordinarios. Hasta que captó que lo que quería era, pasar de año. Parece lo mismo, pero no lo es. Se trata de pensar ¿Qué quiero vivir?, y no, ¿Qué no quiero vivir?.
El tiempo también es importante, nos han hecho creer que estamos en una experiencia tipo: sufra ahora y goce después, jaja. Pero no hay después, el único tiempo real es ahora.
Facundo Cabral decía: «Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida». No es un hecho poético. Es real sólo existe este instante presente, que es eterno. Por eso los decretos siempre se hacen en PRESENTE, ¿Cuándo quiero estar sano? Ahorita, ¿Cuándo quiero ser prosperó? Ahorita.
Y por último, en PERSONAL esto quiere decir: ¿Para quién es el decreto? Dirías para mí.
Un decreto en realidad es, el buen decir ó el mal decir. Yo puedo decretar para mí, mi familia, amigos, mi país. Te invito a que lo intentes, recuerda que un pensamiento es eso, un pensamiento y que un pensamiento, siempre se puede cambiar.
Hemos querido que cambie mi mamá, mi pareja, mis hijos. Sin entender que con que yo cambie mi creencia, cambia mi mundo. Hay un dicho que dice: «Cuando yo cambio mi forma de ver las cosas, las cosas que veo cambian». Sólo tú puedes hacer este trabajo interno.
Tienes creencias maravillosas que te funcionan, estamos hablando de cambiar las que NO te gustan. ¡Venga, adelante! eres libre de pensar lo que quieras y recuerda que en tu cabeza sólo piensas tú.
Recuerda que los decretos son en silencio, no hay necesidad de ir por el mundo decretando en voz alta, empieza en tu cabeza haciendo como una gimnasia mental, cambiando las viejas creencias negativas, por nuevos decretos positivos, que por repetición se terminarán haciendo creencias y parte de ti.
Es importante que creas que es posible, que lo mereces y que puedes lograrlo, Mary Kay decía: «Finge, hasta lograrlo».
Bendiciones