El problema de la caravana migrante, con peras y manzanas

Adrián Gutiérrez Ávila

Adrián Gutiérrez ÁvilaEl tema de los migrantes centroamericanos en muy complicado, divide opiniones y los que están a favor son vistos como humanitarios y buenas personas y los que por alguna razón están en contra son vistos como racistas. Lo cierto es que hay muchas realidades y todas son válidas.

Recientemente estuve en Tijuana y platiqué con sus habitantes al respecto. Tijuana es una ciudad abierta a la migración, la mayoría de sus habitantes llegaron de otras regiones y siempre han recibido a los nuevos visitantes con gran solidaridad.

La realidad de la caravana migrante es diferente para ellos; por la mayoría de nuestras ciudades los migrantes solo pasan, están unos días y siguen sus caminos, es más fácil ayudarlos, organizar unos cuantos días albergues, comida y algunos servicios médicos. Sólo fue cosa de un par de días para que siguieran sus caminos, incluso ayudarlos fue promoción y publicidad para muchos gobiernos estatales o la CDMX,  pero en Tijuana y otras ciudades fronterizas la situación es diferente, posiblemente ahí estén parados por algunos meses y no sólo un par de días.

Trataré de explicar el problema con peras y manzanas:

Imagínate que llegan a tu casa diez familiares tuyos que van de paso, como sea un día o dos se acomodan todos como sea y sale para que coman todos, aunque con algunas incomodidades todos saben que es temporal, los ves con gusto y pasada su estancia se despiden y tu vida sigue de manera normal.

Ahora imagina que a tu casa llegan esos 10 familiares pero a vivir contigo permanentemente, no es sólo un día o dos, es por meses, pero no sólo eso, ninguno trabaja ni podrá trabajar, entonces tú y tu familia serán quienes lleven toda la cargar de alimentarlos, de vestirlos, de pagar por sus servicios de salud y sus enfermedades, además de que en tu casa no hay espacios adecuados para que puedan vivir esa cantidad de personas permanentemente, no hay ni baños ni dormitorios suficientes para tantas personas.

Eso es lo que le está sucediendo a Tijuana y otras ciudades fronterizas; no hay presupuesto, ni albergues ni comida suficiente para tantas personas por tanto tempo, además de que sus rutinas diarias como ir a trabajar todos los días a EU se están viendo afectadas por las nuevas normas de seguridad causadas por la llegada de los migrantes, aquí no estoy escribiendo sobre si son buenos o malos, si son drogadictos o delincuentes, hablé sobre un problema de infraestructura, de capacidad hospitalaria que ha sido rebasada, y que al parecer no es una ni dos caravanas migrantes, ya son cuatro y pueden continuar viniendo mas, estar en contra de su derecho a transitar no es discriminación en todos los casos, no es racismo, es simplemente sentido común de un problema que sobrepasa los límites de la hospitalidad.

Estas líneas son sólo para invitarte a reflexionar sobre un problema que para muchas personas será permanente y que tengas otro punto de vista ya que para la mayoría de los mexicanos las caravanas fueron algo pasajero pero para las ciudades fronterizas será un problema permanente por meses o años, para las ciudades fronterizas los migrantes son los diez familiares que llegaron de repente a vivir a su casa sin colaborar en nada para su manutención.

Adrián Gutiérrez Ávila

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