Aunque es cierto que aún hay una marcada diferencia entre los sueldos de hombres y mujeres, cada vez es más frecuente que las damas ganen más que sus parejas.
En teoría, esta situación debería resultar benéfica para la pareja, pues garantiza mayor estabilidad; sin embargo, muchos hombres se sienten incómodos y hasta inseguros por no ser ellos los que más aporten a la economía del hogar.
Debes saber que más que una actitud machista, esta reacción obedece a una cuestión cultural y de educación. Estamos acostumbrados a ver a la mujer como un ser que requiere protección y cuya función principal es el cuidado de la casa y los hijos.
Pensar en ellas como personas independientes y capaces de hacer frente a todos los gastos de la casa, les hace cuestionarse su papel en la relación.
Y sí, aunque muchos bromean sobre los felices que serían si su mujer los mantuviera, en la realidad, se sienten desplazados como proveedores y llegan a considerarse desechables.
Parece absurdo, pero la diferencia de ingresos es una de las principales causas de divorcio, por lo que vale la pena analizar cómo estás llevando esta situación:
- Recriminar. Jamás, ni siquiera en una discusión, le eches en cara que ganas más que él. Esto sólo aumentará la tensión.
- Reconocimiento. Es importante que tu pareja sepa que su masculinidad no radica en cuánto dinero aporta a la casa. Recuérdale todas las áreas en las que destaca y sí, debes hacer hincapié en el ámbito sexual.
- Compartir. Al ser una pareja, los beneficios de tener mejores ingresos deben ser para ambos. Pueden irse de viaje juntos o comprar algo que siempre han deseado.
- Culpa. Es importante que jamás te sientas culpable por tu éxito laboral. Debes disfrutar tus triunfos e incluir a tu pareja en cada pequeño logro.
- Respeto. El hecho de aportar más dinero no te vuelve su jefa, así que debes respetar sus proyectos y tiempos.
- Separa. Al llegar a casa, olvídate de tu papel de ejecutiva y mujer de negocios. Debes ser compañera, cómplice, amiga y amante.
- Presupuesto. Una forma efectiva de ahorrarse problemas es armar un presupuesto y dividir los gastos de la casa.
Lo más importante es que no permitan que el dinero gobierne su vida y su relación.