A todos los hombres les atraen las chicas con cuerpos perfectos, cinturas delgadas y atributos prominentes, a las mujeres también les atraen los hombres musculosos y atractivos, ¿qué tan importante es estar con alguien con un físico casi perfecto?
¿Qué tan malo sería apostar por un hombre a quien la sociedad califica como alguien feo? Hay muchas personas que no cumplen con los estándares de belleza que se imponen en nuestros días, sin embargo podrías encontrar entre ellas a tu pareja ideal. Aquí algunas ideas que te ayudarán a reflexionar en la importancia de prestar más atención en sus cualidades que en su belleza.
1.- Busca alguien que te quiera. Al amor no le importa la apariencia física, cuando realmente amas a alguien te quitas el velo de la belleza y te concentras en esa persona.
2.- La belleza se acaba. La juventud no dura tanto, si te enamoras de un hombre con rostro perfecto te darás cuenta de que todo se acaba, lo que una persona conserva es su personalidad.
3.- Verbo mata carita. Enamórate de sus conocimientos, de su forma de pensar, de su creatividad para conquistarte, está comprobado que las mujeres se enamoran más de las cualidades de un hombre que de sus aspectos físicos.
4.- La belleza decepciona. Un hombre con un rostro y un cuerpo perfectos te puede cautivar, pero cuando conoces mejor a una persona la belleza interior se vuelve más importante, de nada sirve estar con un hombre apuesto si no te demuestra amor y respeto.
5.- Ser culto es más importante que ser bello. Un hombre con más cultura y dispuesto a aprender siempre te ayudará a descubrir cosas nuevas, a resolver los problemas de la mejor manera y a encontrar las mejores soluciones a cada aspecto de la vida.
6.- Hay más confianza. La belleza interior le da más confianza a las personas, alguien seguro de sí mismo no necesita tener un buen peinado o comprar prendas de moda costosas. Una personas segura de sí misma es más atractiva.
7.- La belleza no está asociada con el esfuerzo. De acuerdo con una investigación del sociólogo alemán Ulrich Rosar, los hombres menos atractivos ofrecían un mayor rendimiento que los hombres atractivos. La explicación es sencilla, las personas físicamente agradables no necesitan hacer mucho para dar una imagen positiva, pues los espectadores relacionan la belleza con cualidades como la disciplina y la creatividad. Las personas poco agraciadas saben que deben esforzarse más para demostrar de qué están hechos.