Algo común en consulta es que las mujeres –sobretodo– se quejen de sus fluidos corporales. Sí, de su lubricación y/o flujo cotidiano, de su lubricación sexual y de la eyaculación femenina –para quienes sí la tienen–.
¿A ti, te causan algún tipo de reacción adversa tus fluidos corporales? A mí no, siempre he creído y sentido que son parte de nosotros; particularmente, durante la excitación, estar lubricada es parte fundamental de una penetración exitosa y sin dolor.
Hay muchas mujeres a las que sí les causa conflicto, no les gusta que las toquen o no les gusta –por ejemplo– que les practiquen sexo oral porque sienten que es una práctica desagradable para la otra persona, puesto que entra en contacto directo con sus olores y fluidos.
Si eres de estas mujeres a las que les causa algún tipo de conflicto su lubricación, no te azotes ni te juzgues tan duro; es común tener esas creencias sexuales. Veámoslo un poco más a fondo… si desde que somos niñas escuchamos que la vulva da asco, que huele a pescado, que escurre baba, que nunca estamos “limpias”… ¿me explicas cómo no te daría vergüenza y tal vez asco y/o algún tipo de repulsión?
No es la historia de todas, pero sí de muchas. Así que si entras en esta categoría o similar, tente paciencia, hay muchas cosas que puedes hacer para ir rompiendo tus propios tabúes y creencias limitantes que no te dejan vivir tu sexualidad como a ti te gustaría.
Porque, a decir verdad, pocas cosas –para mí- tan disfrutables como gozar de todo nuestro cuerpo y el de la persona con la que compartas un momento o la vida entera. Poder entregarte sin trabas, disfrutar de hacer y que te hagan, sin importar nada más. Besar y ser besada… valiendo poco dónde estuvieron esos labios hace 5 minutos, porque es tu cuerpo y el suyo y todo lo que salga de ahí, es compartido, es parte del encuentro, ingrediente de la pasión.
Si nunca te has atrevido, inténtalo. Prueba tu sabor, a qué sabes… si estás con alguien, a qué sabe, cuál su olor, qué tiene esa persona que no tiene nadie más. Todos tenemos un olor único y particular, nuestro sello personal. ¿Cuál es el tuyo, lo conoces?
Hoy es un buen día para darte permiso de cuestionar quién te dijo que no hueles bien o que tus fluidos no son dignos de ser bebidos o disfrutados por ti o alguien más. Son parte de nosotros, no hay nada de malo con ellos.
Para cerrar, me gustaría que –cuando tengas un ratito- escuches la canción “Mojándolo todo” de Luis Eduardo Aute. Es una de mis canciones favoritas, el día que me la dediquen ¡muero! Escúchala y dime si te conecta –aunque sea un poquito- con la belleza de ser mujer o de compartir un encuentro con nosotras.
Alessia Di Bari