Hace un par de semanas, terminé de leer el libro de “Move up” de Andres Roemer y Clotaire Rapaille. Si tienen la oportunidad de leerlo, me parece un ensayo muy ligero y con mucha información valiosa para confrontarnos, hacer algo y movernos tal cual. Analiza por qué algunas culturas se pueden mover y otras no y construyen un modelo interesante para entenderlo. Justo por este libro empecé a entender un poco más acerca de la envidia. De manera ignorante yo la había puesto en una de los sentimientos más dañinos que podíamos tener para la construcción de la autoestima porque para construirla tenías que vivir una comparación con otros, pero me encanta darme cuenta que la vida está para cuestionar nuestras ideas y crecerlas día a día.
Efectivamente, muchos textos y de manera vivencial, yo soy de los que pensaba que era muy poco saludable compararse. Siempre, con alguien, ibas a salir perdiendo y eso claro que afecta porque generas emociones que empiezan a sesgar tu percepción de lo que eres y lo que has logrado. Es por eso que yo sí de manera consciente llevo entrenando a mi cabeza para evitar hacerlo y una manera que me ha ayudado es hacer mi lista de gratitud de lo que soy y de lo que tengo (OJO, no a nivel económico). Sin embargo, en este libro descubrí que la envidia es una emoción instintiva, alias primitiva, y sirve para saber qué vamos a hacer ante la amenaza que representa la superioridad del vecino. Lo interesante de esto es saber que siempre estamos compitiendo y en vez de verla como algo malo, porque por lo menos a mi me genera hasta culpa cuando la llego a sentir, podríamos enderezar su camino viéndolo como una gran oportunidad.
Hay que entender que en una fórmula matemática funcionaría algo así:
Envidia = Lo que tiene mi vecino
Lo que yo tengo
Siempre algún vecino tendrá un índice mayor al tuyo, y OJO, tu siempre tendrás un índice mayor al de un vecino, el reto está en saber que no es lo que sientes, sino lo que haces con lo que estás sintiendo. En pocas palabras, te vas a quedar con el ácido y el enojo de esa emoción o más bien lo vas a usar de inspiración para seguir avanzando, para seguir subiendo y aquí claro que tengo que gritarlo, no buscando quitar o hacer menos a los demás para que tu índice suba, que tiende a ser muy común en nuestra sociedad de cangrejo.
¿Qué te parecería empezar a romper ideas y únicamente usar las emociones como trampolines? Yo me quedo, en caso de sentir este sentimiento, con ésta:
Envidia + Acción + Disciplina + Voluntad = Éxito
Pero no por eso dejarán de existir las personas que por ignorancia (a mí me gusta llamarles mejor así) prefieran ésta:
Envidia + Enojo + Efecto Cangrejo = Depresión y Fracaso
Hoy te invito a que reflexiones qué tipo de envidia sientes, porque recuerda que todos la sentimos. Si ya la tienes, canalízala a un mejor lugar y sobre todo sé selectivo con quién aplicas este índice. Te recomiendo que no lo hagas con todos tus “amigos” de Facebook. Puede resultar agotador y en realidad es poco confiable. Recuerda que el jardín del vecino siempre será más verde si tu no cuidas el tuyo.