Dicen que llegar a la cima no es tan difícil como mantenerte en ella. La altura, aunque sea de unos cuantos centímetros, te hace perder la proporción de las cosas y pronto te descubres haciendo las cosas que jamás cruzaron por tu mente.
Justo eso ocurre con quienes, inesperadamente, llegan a ocupar un puesto directivo. Su falta de experiencia les lleva a cometer errores que ponen en duda su habilidad como jefe.
Si te han asignado liderar un equipo de trabajo, más vale que te pongas las pilas y prestes mucha atención a tu forma de actuar, pues podrías desacreditarte. Checa cuáles son los errores que jamás debe cometer un jefe:
- Delegar. Olvídate de esa absurda política de “si quieres que algo esté bien hecho, debes hacerlo tú mismo”. Al convertirte en jefe, tu trabajo no sólo es sacar adelante uno o más proyectos, sino ayudar a crecer a los integrantes de tu equipo de trabajo, permitiéndoles explotare todo su potencial. Es necesario que aprendas a delegar y demostrar que confías en la gente con la que trabajas. Eso sí, tampoco se trata de que les dejes todos los pendientes a ellos y tú te sientes a leer en tu oficina.
- Confianza. Si tu equipo de trabajo está formado por 15 personas, ¿por qué siempre le asignas los proyectos más importantes a las mismas dos personas? Estamos seguros de que ellos (as) son excelentes empleados, pero debes salir de tu zona de confort y darte cuenta que hay más personas con las mismas o mejores cualidades.
- Tacaño. Estamos conscientes de que la situación económica del país exige que cuidemos hasta el último centavo que tenemos, pero es ridículo que limites los suministros e incentivos. Recuerda que nada impide que tu equipo de trabajo salga por la puerta y no regrese.
- Transparencia. La discreción es una cualidad que pocas personas poseen, y aunque es cierto que no tienes por qué justificar tus decisiones, guardar secretos o actuar a espaldas de tus empleados sólo aumentará la incertidumbre y tensión en la oficina.
- Promesas. Evita convertirte en el jefe que siempre promete y nunca cumple. Si te has comprometido a dar un incentivo a tus empleados, se fiel a tu palabra y dáselos. De lo contrario, lo único que lograrás es desmotivar a tu equipo.
- Desvalorizar. Jamás, jamás debes hacer menos a un empleado. No importa qué tan grave haya sido su error o qué tan enojado estés. Ante todo, es un ser humano y se merece respeto. Si no promueves esta política, pronto notarás que las malas vibras se apoderan de la oficina.
- Reglas. ¿Estás consciente que ser jefe no te hace inmune a las reglas de la empresa? De hecho, ocupar un puesto directivo te obliga a cumplirlas por completo. Cuando no lo haces así, marcas una diferencia entre tú y el resto del equipo, dejando clara tu falta de respeto e interés en ellos.
¿Qué otro error crees que no debe cometer un jefe?
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