“Las mamás agarran las manos de sus hijos por un rato, pero de sus corazones por siempre”
Anónimo
No importa de la generación que seas, ni la forma en que te han educado, ni siquiera si piensas que no estabas preparada para ser mamá… el punto más importante son las expectativas ante esta situación, ya sean tus propias expectativas (que a veces son más fuertes) o las expectativas del mundo que te rodea y sobre todo en un tema que en ocasiones pareciera sagrado.
Todas las mamás quisiéramos que nuestros hijos fueran felices, buenas personas, que tuvieran éxito, que no sufrieran, que los quieran, que les vaya bien etc… y así un montón de pensamientos y deseos que como madres buscamos propiciar en y con nuestros hijos, pero la realidad a veces es otra y lo que más duele no es el proceso que nos esta llevando a tratar de lograrlo, si no que nos cuesta más comprender que por más esfuerzos que pongamos, por más horas que dediquemos, por más que intentemos estar en todos momento: NO SOMOS PERFECTAS, pero… nadie lo es.
Ser conscientes de esto hace que disfrutemos más el proceso; relaja y sin lugar ayuda a ver la situación desde perspectivas distintas. Muchas veces nuestros deseos por cumplir con todos los roles de manera perfecta nos cansa, nos supera y puede llegar a desgastar la relación que más quieres y que quizá lo que tú quieres para tus hijos no es lo que ellos necesitan, creo que a veces sufrimos más por las expectativas que nos planteamos que por la realidad que vivimos
Si tú te acercas a mamás que hoy también son abuelas o a mamás que ya tienen sus hijos grandes y les preguntas ¿qué consejo me darías de mamá a mamá que?
Seguramente muchas de ellas te dirían: disfruta más, juega más, besa más, escucha más… porque pasa muy rápido y a veces olvidamos que nuestros hijos lo que quieren es tener más tiempo con nosotros, más abrazos, más sonrisas y menos perfección.
Las madres no se preparan para serlo por más deseos que tengas de ser madre, nadie te prepara para serlo y puedes ya haber tenido uno o dos hijos y si tienes un tercero seguro tendrás que preparar nuevas estrategias, abrir tu mente y estar dispuesta a seguir aprendiendo.
Las madres se basan en la intuición, en esta práctica de buscar lo mejor para nuestros hijos, muchas veces basándonos en el ensayo y en el error, en el poner a prueba si funciona o no; y seguir en la búsqueda, pero en general lo que las sostiene es una fuerza profunda que se llama AMOR
Uno de los roles más relevantes en tú propia vida y sin lugar a dudas en la vida de tus hijos es el de mamá, así que hay que disfrutarlo
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