Últimamente me han estado preguntando mucho acerca de la eyaculación retardada, así que aquí les va una breve explicación. Confío en que les será de gran ayuda, así que empecemos por el principio.
¿Qué es la eyaculación retardada?
La eyaculación retardada no es otra cosa más que dificultad para alcanzar la eyaculación a voluntad; generalmente también viene de la mano de la dificultad para alcanzar el orgasmo.
Esto sucede aún cuando la estimulación sexual sea agradable y el hombre en cuestión se sienta muy excitado, sin importar la vía de estimulación, es decir oral, manual o coital. También puede suceder en pareja o en solitario.
¿A qué se debe la eyaculación retardada?
A muchas causas, la número uno, ansiedad por el propio desempeño sexual. Aunque también puede ser cortesía de una educación sexual muy restrictiva, experiencias sexuales traumáticas, miedo a dejar embarazada a la pareja o problemas de pareja.
Contrario a lo que muchas personas pueden estar pensando, presentar un síntoma como este no es algo placentero para el hombre que lo tiene y –en general- tampoco para su pareja. Lo común es que el hombre que está en una situación como esta se sienta frustrado o incluso avergonzado. No es tan cool durar y durar y durar, imagínate que ya quieres eyacular, que ya estás listo para lo que sigue y nomás no llega por más que lo intentes y lo intentes.
El reflejo eyaculatorio es algo que los hombres aprenden a reconocer y controlar a lo largo de su vida sexual, por lo que resulta de incómodo a vergonzoso para muchos el hecho de no poder hacerlo. Incluso, aunque a muchos y muchas nos resulte poco creíble, son muchos los hombres que –igual que las mujeres- fingen una eyaculación y también nel orgasmo. Sean honestas chicas ¿quién revisa el condón? La respuesta es… muy pocas.
Ahora sí, ya detecté que tengo algo semejante a esto
¿Qué hago si tengo eyaculación retardada?
Primer paso, si eres la pareja ¡no te lo tomes personal, no es contigo la cosa! No es que estés haciendo algo mal o ya no le gustes.
Si eres el chico en cuestión, date chance de revisar qué sientes. Observa cuáles son tus creencias, probablemente limitantes, con respecto a la sexualidad; habla con tu pareja –en caso de tenerla- y por qué no, ve con un(a) especialista para ver qué está pasando y proponerte un curso de acción específico para ti.
Ya saben lo mucho que me gusta escuchar sus historias e intentar –en la medida que puedo- escribir acerca de sus inquietudes y dudas… ¡espero las siguientes!