Musa inspiradora de muchos durante la época de los ochenta muere hoy a la edad de 60 años: Carrie Fisher.
Mejor conocida por su gran papel como la Princesa Leia de Star Wars, Fisher inspiró a hombres y mujeres a través de su representación galáctica durante 4 películas de esta gran saga que hoy, sigue creciendo en historias.
Tras sufrir un infarto el pasado viernes 23 de diciembre mientras volaba de vuelta a Los Ángeles, una de nuestras princesas más queridas, falleció hoy, después de que durante 4 días se luchara por su vida en un centro médico Ronald Reagan de Los Ángeles, vida que no fue nada fácil. La fama no lo es todo.
A pesar de estar promocionando lo que ahora es su último libro «The Princess Diarist» en Londres, Carrie de manera casi autobiográfica detalla en ese compendio su transcendencia como actriz, misma que se dió cuando ella sólo tenía 19 años, allá por 1977 con lo que ahora conforma el Episodio IV de Star Wars: Una nueva esperanza.
De ahí se desprendió una gran historia de amor con quien fuera Han Solo, Harrison Ford, romance que Carrie describió como intenso y que terminada su participación en Star Wars, se dedicó a escribir, para después en 1983 casarse con un integrante del dúo Simon & Garfunkel, Paul Simon, con quien sólo duró un año en matrimonio y de quien recibiera más tarde la dedicatoria de la siguiente rola:
Hija de una pareja famosa, de la que el padre era músico, quedó abandonada junto a su madre actriz, tras el romance que el padre mantuvo con la famosa Elizabeth Taylor; Fisher comprometida por un tiempo con un comendiante, se casó después con su agente y publicista, Bryan Lourd para terminar la relación, gracias a que éste la dejó para comenzar su vida junto al famoso restaurantero Bruce Bozzi.
De esa relación, tuvo a su única hija, Billie Lourd y al transcurrir los años, comenzó a consumir drogas y alcohol, vicio que abandonó hasta sus treintas. Un asalto de transtorno bipolar la tomaría por imprevisto, sumando a su vida un tratamiento médico y terapia para sobrevivir a él.
A pesar de sus crisis, no perdió su buen humor y de él se agarró para suavizar y hablar de sus problemas a través de su profesión en la que no sólo se desenvolvió como actriz, si no también como productora, standupera y conferencista.
De las casi 10 sagas existentes de la Guerra de las Galaxias, Fisher es la tercera estrella en morir, después de que también este cruel 2016, en agosto falleciera Kenny Baker, actor que durante casi 4 décadas y 6 películas fuera el corazón de R2-D2, mejor conocido en tierra azteca como «Arturito«; así como Alec Guinness, fallecido también en agosto pero del 2000, quien fuera el primer Obi- Wan Kenobi en Star Wars.
Si van a ver Rogue One, estén pendientes del cameo donde aparece por breves segundos, Carrie Fisher.
En paz descansen y ¡a volar 2016! ¡Ya para, por favor! 🙁