FELIZ AÑO NUEVO

Georgette Rivera

«…y decimos adiós y pedimos a Dios…»

Ya faltan pocas horas para decir adiós al 2015 y darle la bienvenida al 2016, un nuevo comienzo, la oportunidad de plantearte qué quieres y hacia dónde vas. Es inevitable para muchas personas hacer un análisis de las acciones que consideran buenas o malas que sucedieron durante este año en su entorno y, que en muchas ocasiones, pesan sobre su espalda y las van cargando año tras año hasta hacer que se vuelva un costal de culpa que duele cada día más y pasa mucho tiempo  en que sea despojado de uno mismo; sin embargo,  antes de empezar este nuevo año puedes tener objetivos que en realidad marquen una diferencia entre lo que dices y lo que haces, de esta manera no te obligas a hacer cosas que tú mismo sabes que no están a tu alcance ya que sólo vas a errar de nueva cuenta, sé simple al definir tus prioridades, por ejemplo puedes empezar con estas recomendaciones:
– Ponte en primer lugar

– Organiza tu día

– Cuida tus pensamientos

– Habla con la verdad

– No hagas promesas que no vas a cumplir
– Pon límites a todo aquello que tú no necesitas
-Termina lo que empiezas

– Respétate  y respeta a los demás
– No hagas a otras personas lo que no te gusta que te hagan a ti
– Elimina de tu vida a las personas y eventos que te drenan energéticamente

– Promueve tu espíritu de servicio

– Da gracias por todo lo que te sucede

– Elimina la queja

– Acepta cada momento

– Cultiva tu fe

 

Estas breves recomendaciones son fundamentales para cambiar tu sintonía y empezar a establecer una nueva forma de vida que te permita desterrar tus malos hábitos por otros que sean más positivos y llevarlos a cabo con éxito hasta el final. De la lista anterior tacha lo que te cuesta trabajo en verdad realizar, lo que te molesta, lo que crees innecesario y pregúntate por qué, sólo así encontrarás las respuestas que por supuesto ni tú mismo esperabas y que se encuentran muy dentro de ti; si no eres sincero al contestar, los resultados no serán los esperados y seguirás tapando el sol con un dedo sin obtener éxito y repitiendo patrones de conducta ya caducos.

 

Sé que no es tarea fácil, pero al darles continuidad lograrás centrarte en el objetivo principal que eres tú mismo y esto te permitirá conocer mejor las verdaderas necesidades de tu ser, de esta manera aprenderás a hacer a un lado los caprichos y a centrar tu energía en lo que vale la pena y, sobre todo, en que lo que llamas buenos propósitos no se queden en eso, sólo en propósitos, pues lo que hace que un propósito tenga éxito es llevarlo a la acción. No tengas miedo ¡actúa!

 

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