Uno de nuestros grandes sueños godínez es dejar de trabajar y que nos sigan pagando, y no me refiero a nuestra jubilación, sino a pasar de ser empleado a ser el jefe de jefes. Llegar a la oficina a cualquier hora, ordenar, gritar e irse temprano. ¿Te has puesto a pensar que tipo de jefe serás algún día?
Los jefes son esas personas que tienen una influencia casi absoluta sobre nosotros, pues son a quienes debemos rendir cuentas y quienes condicionan, el balance de la jornada. Y son quien decide si conservas tu empleo o te vas a la calle.
El primer jefe que encontramos es:
- El jefe dictador.
El tipo de jefe que desquita todo el odio que le genero siendo explotado, cuando era un simple empleado. Llenaras de chamba, impondrás reglas que no sirven hasta para ir al baño y a comer, querrás que todos estén las 24 horas en la oficina y te olvidarás de que tus empleados son personas.
- El jefe barco.
Serás aquel jefe que no sabe ni como llego a ser jefe, pero está ahí, muchas veces no sabes ni que hacer y te haces de tus compas para echar el cotorreo en la oficina. Los resultados de tu trabajo no te importan mucho, mientras te sigan depositando tu quincena. Algo bueno es que tus empleados te amarán.
- Él o la pervertida.
Serás el jefe o jefa seductor, te vestirás provocativamente y no dejaras ir a ninguna mujer u hombre sin antes echarle un piropo, ya sea uno bonito o uno muy guarro, siempre insinuándote e invitando a lugares para pasar el rato y prometiéndoles un aumento de sueldo.
- El jefe activista.
Serás un jefe muy buena onda, al pendiente de sus trabajadores, que promete cosas nuevas, muchos cambios, pero ni tus trabajadores te hacen caso. Dices pelear por los derechos de sus trabajadores con los altos mandos, y siempre estas motivando a los demás a seguir trabajando. Algunos de tus empleados te odian por eso.
- El chistoso.
Te la pasas haciéndote el gracioso con todos, pero no tienes ni un agota de gracia, y tus empleados se ríen por compromiso y miedo a que los despidas. La verdad es que en el fondo sufres de una tristeza gigante, pero no quieres que nadie lo note.
- El jefe fantasma.
Nunca estarás, solo cuando de verdad sea necesario, y en juntas, no conocerás los nombres de tus empleados, delegaras todas tus obligaciones a tus empleados y cunado algo salga mal, los culparas a ellos. Pero cuando llegue la quincena serás el primero en cobrarla y gastarte ese dinero que adquieres sin hacer nada.
Después de todo no te gustara ser de ningún tipo de jefe por dos razones o haces todo el trabajo tu solo y no tienes tiempo para nada, o no haces nada y te aburres, pensando en que quieres regresar a ser un simple empleado, sin tantas preocupaciones.
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