Con un gran poder, llega
Una gran responsabilidad.
Franklin D. Roosevelt. Político norteamericano.
Estamos cerca de terminar el 2016. La tecnología se ha convertido en un acto de uso común en nuestras sociedades. Como ejemplo más claro…
El teléfono móvil; mejor conocido con el término de celular, es una pieza indumentaria de primera necesidad; por todo lo que él tiene para ofrecernos. Desde juegos para los ratos de ocio, libros descargados para la lectura en distancias largas de transporte público, calculadora, luz, agenda, bancas, aplicaciones para enviar textos, redes sociales y todo lo que necesitemos para ser parte del mundo virtual y en algunos casos son usados también para hacer llamadas telefónicas.
Dentro de los múltiples utensilios que acompañan los Smartphone. La cámara digital que incluye, se ha convertido en una herramienta social. Que muchos sin duda han llevado a los límites del uso; es allí donde llama la atención analizar este punto específico y lo que ocurre.
Se hablan muchas cosas acerca de lo que se puede y lo que no se puede hacer con respecto a filmar policías, con respecto a filmar riñas callejeras o abusos por parte de algunas personas sobre las otras.
Sin duda, muchas de las formas de interpretación de las leyes son erróneas. Las exigencias por parte de los ciudadanos, resultan hipócritas y la aplicación por parte de las autoridades ha caído en un acantilado de abusos y corrupción.
La convivencia social sana es responsabilidad de todos los entes que la conformamos; sabemos que la viralización de la información, toma un peso importante en la vida social, pero no debemos perder la línea de las responsabilidades jurídicas que se suscitan en nuestro actuar.
Todas las personas pueden ejercer su libertad de filmar. Más aún si es en espacios públicos y de igual forma está obligado a asumir las responsabilidades de ello. En muchos de los videos los filmadores son informantes anónimos, pero su realidad es, que también son testigos presenciales. Quienes prefieren en la incongruencia de su supuesto apoyo negarse a brindar ayuda para utilizar ese momento en grabar la supuesta trama.
Cuando las personas que filman no monetizan, estos videos son de uso y reproducción libre. Pero, cuando estos filmadores tienen nombre y apellido; además de monetizar, generar disturbios y confrontaciones entre vecinos, como es el caso de Arne. Sin hacer énfasis en los hostigamientos a servidores públicos a los cuales después les solicita apoyo (caso, que es como escupir al cielo) y otros denunciantes de ese estilo; ellos se están haciendo acreedores a algunas demandas que se podrían ejercer por parte de las personas molestadas y filmadas.
En la mitad de los casos estos videos cumplen con la misión que es: la Denuncia Ciudadana. Pero la otra parte recae en situaciones negativas y la absurda búsqueda de la popularidad momentánea en redes sociales, opinan sobre lo desconocido y restan credibilidad a este tipo de actos que en un principio, pudieron establecerse como sanas herramientas de la defensa social. Porque debemos saber que en un juicio ni fotografías, ni videos pueden considerarse pruebas jurídicas solo llegan a ser indicios y ayudan a que el juez establezca en él, una idea más clara sobre el caso y pueda expandir su criterio al momento de determinar un fallo.
Lo necesario en nuestro país, no es sólo estos actos que buscan una denuncia, que son, sin duda, una base muy importante en la actuación ciudadana. Lo realmente necesario es la continuidad. ¿Qué va a pasar después de? retirar un mostrenco, que va a pasar después de subir un video de policías corruptos, después de mostrar la incompetencia con que se mueven los políticos, después de hacer personalidades a borrachos haciendo el ridículo, después de niñas bonitas alcoholizadas queriendo sobornar, después de lady y lord hashtag algo gracioso. Para describir a quienes tienen una actitud altanera y negativa. La peor acción que he podido apreciar en la red es la de un hombre que decidió grabar un Adiós; previo a su muerte, antes que llamar a emergencias e intentar salvar su propia vida.
Lo que creo importante es restablecer las prioridades y los objetivos que como seres humanos tenemos sobre nuestra sociedad y el uso de las cosas sin ponerlas por encima de los seres.