¡Oh sí, lo sabemos! Hay días en que quisieras salir huyendo de casa, o de plano llamar al cura de la iglesia más cercana para que la exorcice de una vez por todas y tu hija vuelva a ser esa dulce niña con la que jugabas a las muñecas.
Lamentablemente, eso no ocurrirá. La pequeña que sólo ansiaba estar contigo todo el tiempo es cosa del pasado. Frente a ti, está una adolescente que trata de averiguar quién es y cuál es su función de la vida.
El proceso de convertirse en mujer puede ser doloroso y complicado, no sólo para ella, sino para todos aquellos con quienes convive; así que aquí te dejamos algunas ideas que te ayudarán a sobrevivir la adolescencia de tu hija.
Guía para sobrevivir a la adolescencia de tu hija
“Ya soy una mujer, pero soy una niña cuando me conviene”
Tal vez no lo recuerdes, pero el hecho de ser adolescente te da el derecho de pasar de la adultez a la niñez, según te convenga. Cuando se trata de permisos, horas de llegada, hasta la ropa que usa o cómo se peina, tú no puedes opinar, pues ella ya es una mujer capaz de tomar sus propias decisiones; pero cuando se trata de adquirir responsabilidades, enfrentar las consecuencias de sus actos o financiar todos esos gustos en los que no puedes opinar, es una niña que necesita la ayuda de mamá. Si esto ocurre con tu hija, no te lo tomes personal. Recuerda cómo fue para ti enfrentar la adolescencia. Eso sí, debes poner límites a sus actos para evitar que se meta en problemas. Sabemos que es difícil en estos momentos, pero debes fortalecer la comunicación entre ambas.
“La puerta cerrada debe permanecer cerrada”
Seguramente, durante años tu familia convivía todo el tiempo. No había actividad que no compartieran, por lo que ahora te duele ver que tu hija prefiere estar sola en su habitación y con la puerta cerrada. Esto no implica que esté drogándose o haciendo algo malo, simplemente está poniendo distancia para descubrir quién es, lejos de la influencia de papá o mamá. Por ello te recomendamos que respetes su espacio e intimidad. Evita irrumpir sin previo aviso en su habitación.
“No puedes resolverlo todo”
Sabemos que quieres protegerla y evitar que sufra, pero debes dejar que empiece a resolver sus propios problemas. La mejor manera de enseñarla a tomar decisiones correctas, es dejando que cometa errores. No intentes decirle qué hacer. Si te necesita, te lo hará saber.
“Te odio, pero te amo”
Por regla general, los adolescentes cambian de ánimo en un abrir y cerrar de ojos. Tu hija puede gritarte que te odia y a los cinco minutos mostrarse cariñosa contigo. No está loca, ni pretende lastimarte. Los cambios hormonales y anatómicos la atormentan, por lo que no puede controlar sus emociones.
Sabemos que tener una hija adolescente puede ser exasperante e irritante, pero no debes olvidar que sin importar la edad que tengan son fuente de alegría, amor y felicidad. Llegará el día en que te rías de esta etapa complicada y te mostrarás orgullosa de la mujer en la que se ha convertido.
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