Hablar o callar para siempre

Georgette Rivera

Es cierto que en ocasiones habrás sentido la necesidad de poder expresar lo que sientes, pero muchas veces no sabes cómo hacerlo por miedo a lastimar a alguien más, o bien, por distintas razones que te incapacitan para eliminar esa energía que más tarde se vuelve en tu contra, y se va sumando a otras muchas historias que se te han quedado atrapadas en la garganta sin tener una salida; por lo que considero de vital importancia que logres comunicar aquéllo que se está volviendo un tema de angustia en tu cuerpo y que lejos de hacerte un bien, esto se va almacenando  de tal forma que un día, cuando ya no es posible seguirle dando  cabida, sale como estampida de tal forma que tu cuerpo se va a expresar con algún padecimiento y, en el peor de los casos, con una enfermedad.

Georgette Rivera

Evidentemente no es hasta este momento en el que comienzas a poner atención y a tratar de remediar la situación con lo que tienes a mano; y eso está bien, pero no quiere decir que lo vas a solucionar con una pastilla o que por arte de magia el volverte consciente te permitirá gozar de salud plena al instante; así que será necesario que revises en tus archivos qué es eso que vas cargando, además de las muchas cosas que no dijiste en su oportunidad y que para hoy día se deben haber convertido en sentimientos negativos, resentimiento y un montón de energía oscura que te acompaña por doquier.

Una vez que ya tengas más o menos claro el panorama, habiendo revisado tus viejos recuerdos no expresados, te recomiendo escribir todo lo que te hace sentir algún sentimiento negativo en referencia a una persona o situación, no importa si son hojas y hojas, lo que en realidad se necesita es que te vacíes de toda esa información y te liberes en gran medida de lo que te atormenta; posteriormente prende una vela morada y deja que su flama consuma el papel o todo aquello que escribiste, procura hacerlo en un lugar seguro donde no puedas ocasionar un accidente. Una vez que ya se haya convertido en ceniza recógela y deposítala en el jardín, y si no lo tienes bastará con que lo hagas en una maceta, pidiendo que la energía de la tierra remueva toda impureza que haya existido en tu corazón.

Hazlo con fe, te deseo mucha suerte y no esperes más, si decides hablar o callar para siempre, la decisión es tuya.

Dios bendiga tu semana.

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