Pronto mi esposo y yo cumpliremos seis años de casados. A decir verdad, nuestro primer año fue muy difícil, no nos entendíamos mucho, nos enojábamos, no nos sentíamos vistos por el otro y básicamente usamos nuestra relación para sacar a la luz nuestros propios demonios.
Sin embargo hoy es otra historia, Fabio y yo nos sentimos conectados, somos un apoyo el uno para el otro, y por supuesto que tenemos nuestras diferencias y peleamos, pero hoy hacemos algo muy distinto: nos hacemos cargo de nuestras sensaciones y heridas.
¿A qué me refiero con que nos hacemos cargo? Es muy común que vamos por la vida y alguien dice o hace algo que le pega a nuestras creencias sobre nosotros mismos, o a nuestras heridas (esas cosas que sentimos y creemos de nosotros que nos duelen). Por ejemplo, yo en general no me “siento” la personas más brillante del mundo (desde chiquita recibí mucha retroalimentación de ser tonta), y si bien hoy noto que soy bastante inteligente, mi sensación es ser “pen… tonta”. Y mi esposo, es buenísimo haciendo comentarios que implican que la inteligencia de la otra persona es menor (por ejemplo: “¿a poco no te habías dado cuenta de eso?). Ante ese tipo de comentarios de Fabio yo podría sentirme herida e insultada (de hecho sí me pasa), pero aquí hay de dos: o me enojo, me defiendo y le demuestro dónde él es más tonto que yo y le exijo que me quite mi sensación (no hacerme cargo), o le comparto que ese tipo de comentarios me lastiman por lo que yo creo de mí y le pido que pruebe formas distintas, tomando en cuenta que mi sensación no se irá (hacerme cargo).
Suena muy sencillo pero la realidad es que implica mucho esfuerzo de estar observándote, de ver qué necesitas y cómo cuidarte, y de en verdad no esperar que los demás hagan o dejen de hacer cosas para que no sintamos algo. Es hacernos responsables de nosotros, y siendo honestos, es más cómodo dejarle la responsabilidad a los demás.
Sí es posible tener una relación que valga la pena, y aquí te comparto algo que a mí me ha funcionado, pero hay más recursos. ¿Ya sabes cuáles son los tuyos?
Sé que suena muy fácil pero en realidad es más difícil de lo que parece, es por eso que nosotros hacemos talleres para poder practicar este tipo de cosas. Si así lo quieres, aquí estamos para apoyarte.
Adriana Carrillo