He aquí el rechazo

Francisco Javier Garrido

«Y entonces me rechazo

Mi corazón se rompió en pedacitos

Pero me transformó.»

Poesía Mixteca

Francisco Javier GarridoDesde que empecé escribir estas columnas y algunos otros escritos personales, trato de vivenciar y analizar cada uno de los temas; sobre lo que quiero y puedo escribir. Pero durante esas indagaciones he estado evadiendo un tema en específico y es: “el rechazo”.

Por qué siempre encuentro un trasfondo o una opinión, una perspectiva distinta que involucre, un análisis o una contextura diferente. Busco avanzar un poco más allá de los paradigmas cotidianos y abordar algo distinto a lo siempre dicho. Busco proveer ideas que ayuden y den un lente diferente, para crear una mejor realidad en los ocultos lectores. Pero al rechazo nunca le he encontrado un trasfondo “sólo la dirección que la misma palabra expone”.

El rechazo es así de objetivo.

Me anticipo de la manera más sencilla, al decir que esta es la primera vez que busco asentar algo sobre ese tema; que en verdad me parece muy difícil. Y se que esta no será la columna más emotiva. Digamos que  rechazo el rechazo hasta en la escritura.

Hace algún tiempo ubicaba que (en lo personal) no sabía exactamente cómo tratar mis emociones, cuando alguien me hacía sentir rechazado. Y lo único que hacía era alejarme. Pero es que ¡en verdad no existe una mejor respuesta a tal hecho!.

Lo único que sí considero importante es la verificación, cerciorarse que estás siendo rechazado o rechazada con la intención de; por qué a veces algunas personas sin ser su intención. pueden hacerte sentir excluido, rechazado. Pero una vez que esto se confirma y no solo es una percepción particular, debemos de entender y de abrazar nuestra integridad. Toda vez que el rechazo se haga presente: fluye hacia otra dirección. De verdad, no te desgastes realmente es innecesario; fluye y aléjate.

Tú, no necesitas de esas personas; ni esas personas de ti.

Y hablo de lo laboral, de lo profesional, de lo social, de lo amoroso, interpersonal, de lo real.

A veces es sumamente difícil comprender está verdad; parece demasiado cruel pero es la verdad. Y nos cuesta tanto a sincerarnos con nosotros mismo y lo peor que puede pasar es que nosotros creamos más en la opinión externa que nos muestra el rechazo.

Difícil de comprender porque; a veces en “lo profesional”, hay personas que consideran, deben de soportar ciertos maltratos, inclusive, para poder lograr sus objetivos. Pero al final de las historias. La mayoría de las personas se dan cuenta que no valía la pena. Que podían haber conseguido sus metas, sin necesidad de tanto desgaste; y si eso es verdad en este aspecto, más lo es el mundo del amor.

Cree en ti,  ámate y respétate. Ese será el mensaje que le darás a los demás, sobre cómo se debe de tratar a alguien como tú y tú busca obtener la mejor versión de ti.

Habrá personas que consideren que una actitud de este tipo sólo se resume en orgullo o egolatría, simulando que el Ego es algo completamente malo. Pero no es así; lo que es importante es saber diferenciar, entre las metas como aspectos objetivos a lograr y la necedad de querer pertenecer a donde no es nuestro lugar.

¡Ojo! en ningún momento quiero dirigir mis palabras, a el hecho de desistir cada vez que nos enfrentemos a una dificultad; pero si. Que no debemos forzar las cosas que por su naturaleza nacen y se dan, por ejemplo los abrazos, los besos, el respeto, y todas estas cosas que evocan más a lo sentimental, muchas de ellas debemos de ganarlas primero: la admiración , el cariño de las masas, la seguridad, etc. otras fluyen por el hecho de ser quienes somos, pero debemos de tener en cuenta que jamás tendrá fortaleza mendigar en lo sentimental. Nuestra grandeza radica en aceptar quiénes somos, a dónde pertenecemos, a dónde queremos llegar y qué es lo que estamos haciendo para crear un mejor lugar, un mejor espacio para vivir.

La vida es Guerra.  Y por ello debemos aprender qué hay cosas por las que debemos luchar, dejándonos la vida en ello y otras en las que simplemente debemos fluir o ignorar, dependiendo el lugar, el momento, las personas.

Lo único que podríamos asegurar nos pertenece es nuestro tiempo de vida y sobre ello es lo único que podemos tomar decisiones; ese es el verdadero rostro de nuestra libertad: elegir.

Francisco Javier Garrido

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