Muchos podríamos tener esa idea de que a los hombres sólo les conquista un fabuloso cuerpo y otros atributos por el estilo, como un buen par de grandes ojos y ya saben, bonita letra.
Sin embargo, un estudio realizado por una antropóloga canadiense afirma que los hombres se enamoran más fácil de lo que ellos mismos creen. ¡Ah dió!
Y aunque no creamos que sea del todo un cliché, eso de los afanes por un físico atlético acaba cuando un hombre realmente se enamora, sin que su líbido deje de depender de la atracción corporal que sienta hacia una mujer.
Conforme a una entrevista realizada a la antropóloga canadiense Helen Fisher por parte del diario argentino el Clarín, en efecto, los hombres dan más rápido su brazo a torcer en lo que respecta a las minucias del amor.
¿Qué lleva a un hombre a amar realmente a una mujer?
Cuando se tiene en cuenta que el amor es menos química y más razón, además de que los hombres caen en los brazos de cupido por razones muy diferentes a las que suelen experimentar las mujeres, el enamoramiento juega en ellos como esa sustancia que no encuentra el camino al amor si no hasta que la chica le muestra el camino con simples palabras que desaten sus más profundos afectos.
No es choro, las líneas finales del párrafo anterior, son una deriva del ex Editor de la revista Men´s Health, David Zinczenko, quien en su libro «Hombres, amor y sexo«, no se refiere a armarla de a Shakespeare, Pablo Neruda o de convertir en «princeso» a ese sujeto que nos trae de cabeza ¡no!
Tal cual y al pie de la letra, como en aquella peli de Mel Gibson («Lo que ellas quieren»), Zinczenko da pistas súper sencillas para crear esa luna de miel al preámbulo del enamoramiento donde frases divertidas, entren al juego de seducción, casi a la Mauricio Garcés, pero en versión femenina con un: «Esa playera se vería muuy bien en mi piso«.
¡¡Arrroooooz!!
Echándole leña al fuego
Vale la pena subrayar de nuevo que en la fase de enamoramiento para un hombre, la razón es un factor importante para el engolosine perfecto ¿por qué?, porque aunque se enamoran de manera muy sencilla, quien quiera hacerlo a fondo al apostar por su cariño, atenciones y ese padre etcétera, siempre podrá echar mano de los juegos de palabras, que si no engaños, son invitaciones que salen de la cotidianidad, que le hacen saber que quien se enamora de ellos está interesadx en su persona y no en su estilo de vida.
La clave conforme a las recomendaciones de Zinczenko:
«¿Qué te hace feliz?» en lugar de: «¿Dónde te ves en 5 años?»
¡A poco no rifa?
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