Marzo es el mes de la mujer. Han sido tantos los mensajes, videos, memes e información importante acerca del tema que no podemos negar que algo bueno está pasando. Aunque tristemente aún queda mucho por hacer.
Ayer una Youtuber llama Gab Guzman, quien además trabaja en una escuela, subió un post que me dejó todo el día pensando: “Una niña de 4 años (sí, tan solo 4 años) le acaba de decir “puta” a su amiga porque escucha que su papá le dice así a su mamá…. Feliz día de la mujer… Todavía nos falta mucho”
Ayer también escuché muchas voces de hombres. Tenemos los “a favor”, tenemos los “en contra”, tenemos “los agredidos” y tenemos “los humillados”. Hasta temí por un momento que algunos organizaran una revolución para evitar el acoso y la exacerbación del movimiento femenino, digo, como para equilibrar.
Eso de juzgar a priori y condenar no es lo mío. A mí me dijeron alguna vez que en toda situación siempre hay tres ángulos. La verdad de uno, la verdad del otro y la verdad-verdad. Y nuestra obligación es siempre perseguir la verdad-verdad.
Estamos viviendo tiempos así de complejos en los que representamos a una mujer víctima, intocable, frágil, defendida por mujeres enardecidas, encabronadas. Pero también vemos mujeres empoderadas en cada trinchera que busques. La verdadera heroína es la que sale adelante por sí misma y si tiene familia a ella. Es la que descubre mundos nuevos, la que se prepara, la que rompe récords, pone el ejemplo, abraza y guía. La energía femenina está en un gran momento. No así la energía masculina desafortunadamente. Esta energía está cobrando su cuota de descredito e incredulidad. Tantos años de patriarcado y los resultados nos tienen muy desanimados.
Y es que no se trata de pasar el balón al otro genero para que ahora sea él quien oprima. No queremos mujeres tan fuertes que disminuyan al hombre. Necesitamos parejas, necesitamos yin y yang, necesitamos fuerza y compasión y no importa cuál genero lo aplique. Esas negociaciones son íntimas, consensuadas. Mientras avancemos y funcione no importa quien sea el ALFA en la relación o si el liderazgo se va compartiendo.
¿Quién es el verdadero enemigo? El machismo, sin duda. Ese que surge del odio y del poder mal entendido y que destruye la imagen de una víctima de abuso. El machismo que ataca a la mujer o denigra al hombre. El machismo que lo mismo abusa de la mujer, del homosexual, del anciano, del niño o del de distinta raza o religión. El machismo del soberbio que cree que no necesita de nadie y no se atreve a llorar cuando se siente solo. Y no solo hay hombres machos. También hay un “Hembrismo” que surge de la frustración y el enojo y se proyecta como madres, maestras, políticas, jefas, etc., insensibles que quieren aplicar los mismos instrumentos del machismo, pero en frasco de mujer. Qué patético.
Hoy vivimos una revolución. Todo está revuelto. Y ¡qué bueno! Eso es mejor a que no pase nada. Esta revolución se está convirtiendo en las contracciones dolorosas del trabajo de parto de una humanidad que quiere dar a luz mejores seres humanos. Esa nueva raza de unidad, de amor, de compasión. Esa que no juzga ni critica, sino que edifica. Esa nueva raza de gente consciente del amor y del compromiso que tenemos al encarnar en humanos y construir un mundo en el que quepamos TODOS.
Tú…. ¿Qué estas aportando?
Excelente fin de semana de reflexión. Visítame en Facebook: Mariesther Martínez Eroza o en Twitter: @mariesthermtz