Cuando entramos en crisis muchas veces nos lamentamos y preguntamos «¿Por qué a mí?», es una pregunta común que solemos decir cuando las adversidades invaden nuestra vida. Si estás viviendo una situación difícil, tendrás la posibilidad de poder brindar consuelo a una persona en un futuro. Hugh Herr es un estadounidense que fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, sin embargo, detrás de este premio hay una historia dolorosa.
El año pasado el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica lo ganaron las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por sus trabajos en la edición del genoma. En este año había 34 candidaturas; los galardonados reciben un estímulo económico de 50 mil euros, un duplicado de una escultura de Joan Miró, un diploma y una insignia que entrega el rey Felipe en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo. ¿Qué llevó a este investigador a ganar este premio?
Así empezó todo
Hugh Herr es un estadounidense e investigador del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), es un experto mundial en biónica y ganó el premio por el diseño y desarrollo de prótesis diseñadas con tecnología muy avanzada. Pero su trabajo como científico inició después de un suceso que marcó su vida para siempre. Cuando tenía 17 años, en 1982, fue a escalar al Barranco de Huntington, en el estado de Nuevo Hampshire, Estados Unidos. Una ventisca lo sorprendió y provocó que se perdiera por tres noches, soportando temperaturas de 29 grados bajo cero. Por fortuna fue rescatado, pero debido al congelamiento los médicos tuvieron que amputarle ambas piernas por debajo de las rodillas. Pero eso no fue todo, por desgracia un rescatista murió al buscarlo.
Herr no encontró prótesis con la tecnología que él deseaba, fue entonces que el biofísico decidió diseñar piezas más avanzadas que le permitirían ayudarse a sí mismo y a todas las personas que deseen escalar, pero no tienen piernas, como él.
Sus investigaciones y proyectos avanzaron tanto que en un momento de su vida ya escalaba mejor que cuando tenía sus piernas, las prótesis que diseñó se ajustaban perfectamente a las pendientes, y tenía accesorios diseñados para superficies difíciles de una montaña, como salientes diminutas. Utilizó su propio cuerpo como prueba para diseñar sus prótesis. Sus investigaciones llevaron a la creación de biohíbridos, prótesis «inteligentes», que mejoraron los movimientos del cuerpo. Sus métodos abarcan todo tipo de ciencia y tecnología, como la biomecánica, movimientos biológicos y dispositivos biomédicos. La ambición de este investigador no se limita a ayudar a personas que sufrieron una amputación, también pretende mejorar la movilidad de personas sanas.
Entre sus grandes logros se cuentan prótesis de rodilla, adaptables para amputados femorales, ortoprótesis de tobillo y pie, para pie equino y patologías causadas por parálisis cerebral o esclerosis múltiple. También ha creado modelos de puente cruzado del músculo esquelético para el diseño y optimización de una nueva clase de mecanismos de propulsión humana que aumentan el aguante para actividades anaeróbicas, construyó calzados elásticos que aumentan la resistencia aeróbica al caminar y correr. Fundó la compañía BiONx Medical Technologies (antigua iWalk), que comercializar BiOM® Ankle, una prótesis de miembros inferiores.