¿Sabes a qué juegan tus hijos con sus demás compañeros? los tiempos han cambiado, así como ellos y su forma de ver las cosas, en la actualidad los adolescentes ya traen otro chip uno muy diferente y retorcido, de ahí es donde surge el juego del muelle o Ruleta sexual.
Te preguntaras ¿el muelle? ¿ que tiene de malo un muelle? Pues no es un lugar donde tus hijos salen a pasear por las tardes, sino un juego sexual que pone en peligro su salud. Está establecido que en México la actividad sexual se empieza a los 15 años para ambos sexos y más del 50% no conoce sobre métodos anticonceptivos.
Desgraciadamente nuestros adolescentes carecen de información cualitativa acerca de su sexualidad. Una investigación realizada pero el CESAM dice que 35% de los adolescente que empiezan su vida sexual, no han recibido información sobre métodos anticonceptivos, planificación familiar o enfermedades de transmisión sexual.
Y es ahí donde sus actos los llevaran a que su salud peligre y también a absurdas tendencias sexuales y en específico a la del muelle que consiste en que un grupo de chicos se reúne en un círculo, se despojan de su ropa interior, y mientras mantienen la erección, las chicas se van sentando sobre ellos alternativamente forzando una penetración durante 30 segundos. El primero que eyacula pierde, y el así continúa hasta que sólo queda uno.
¿Qué si hay riesgos? ¡Claro! todos los riesgos del mundo, en principio un embarazo no deseado, pues no crean que lo hacen con condón, por otro lado, una serie de infecciones de transmisión sexual desde herpes, sífilis, SIDA, clamidia, gonorrea, hepatitis C, virus del papiloma humano hasta un desgarre vaginal pues el forzar la penetración puede dar lugar al desgarro.
Esta práctica tiene sus orígenes en medellin, Colombia, pero ha traspasado fronteras, en gran parte gracias a las redes sociales. En España se tienen documentados 4 embarazos no deseados y un aborto por realizar esta práctica.
Esta práctica no en si, no busca la satisfacción propia, sino el deseo y satisfacción de terceras personas. La mejor forma de prevenirlo es tener la mejor y correcta comunicación con nuestros hijos y hacerles ver las desventajas de este tipo de prácticas sin sentido.
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