¿Alguna vez te has sentido tan cansada en el trabajo que crees que podrías desmayarte en cualquier momento? Probablemente, te ha ocurrido en más ocasiones de las que quisieras admitir.
La realidad es que trabar en exceso no sólo afecta tu calidad de vida y deteriora tu salud, sino que puede llevarte a la muerte.
Este fenómeno se conoce como Karoshi y se cree que pudo surgir en Japón, después de que la nación nipona fuera derrotada en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, se sabe que millones de japoneses han muerto por su obsesión con la productividad, la excelencia y el trabajo.
Pese a ello, las autoridades japonesas reconocieron al Karoshi como una causa de muerte real apenas hace treinta años, por lo que aún no existe suficiente documentación científica sobre ella. Aunque se sospecha que tendría que ver con el sedentarismo extremo, pues los oficinistas permanecen más de 15 horas sentados en el trabajo.
Por si no lo sabes, en Japón, la semana labora llega a durar hasta 60 horas, periodo que contrasta enormemente con las 40 horas que se trabaja en países industrializados.
De hecho, en Japón es mal visto el empleado que termina su jornada laboral antes que su jefe, por lo que debe permanecer frente a su escritorio más tiempo del necesario.
El problema es que, en la década de los 90’s, el Karoshi traspasó fronteras y llegó a otras naciones asiáticas, además de Estados Unidos y América Latina, donde la población sufre de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes.
Si lo analizamos detenidamente, morir por trabajar en exceso es el resultado de varios factores, como: estrés, mala alimentación, sedentarismo y enfermedades preexistentes.
Si quieres evitar el Karoshi, debes cambiar radicalmente tu estilo de vida. Aprovecha al máximo tu jornada laboral y olvídate de la falsa idea de que llegar primero e irte al último te hace más productiva.
Recuerda que tu vida personal tiene la misma importancia que la profesional, por lo que debes dedicar tiempo a tu familia y amigos, pero sobre todo a tu descanso y relajación.
¿Sabes cómo afecta el sedentarismo a tu cerebro? Aquí te decimos.
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