Hace apenas unos días al tomar un vuelo, una señora de edad muy adulta no podía subir su equipaje al compartimiento, así que le solicitó a la aeromoza que fuera tan amable de ayudarle, y para sorpresa de muchos, ella le contestó:
“No puedo ayudarle, mi trabajo es que las personas se acomoden en sus respectivos lugares y que guarden sus aparatos electrónicos en la hora del despegue y aterrizaje…”, la señora le insistió: “es que está muy pesado mi equipaje y no alcanzo”, a lo que la azafata respondió de nueva cuenta: “ese no es mi trabajo, yo no puedo cargar nada”.
Ante tal escena yo me ofrecí a ayudar a la señora y puedo decir que su maleta ni siquiera pesaba, es más, estaba liviana, a pesar de ello, para ella resultaba imposible subirla dada su estatura y complexión; sin embargo, esto no es lo que me causó asombro, sino la manera tan poco servicial de la empleada de la aerolínea. No solo me pareció una descortesía su actitud, sino una majadería con letras en mayúscula, pues es inconcebible que le contestara tal aseveración y se sintiera indignada porque una pasajera le pidió ayuda, lo que me permitió darme cuenta de que el espíritu de servicio está casi extinto, que las personas piensan que servir a otro es cosa de servilismo, creen que el ayudar los hace menos y que los coloca en una posición de sumisión. Eso me llevó a reflexionar en la pobreza de muchos empleados para realizar sus trabajos, cada vez se vuelven más ineficientes, piensan que su responsabilidad consiste en hacer lo mínimo o lo estrictamente apegado a sus funciones y que eso merece un sueldo, bonos y felicitaciones, y no se dan cuenta que el trabajo dignifica al ser humano en tanto su crecimiento y desarrollo en la empresa para la que trabajan y, por ende, en su vida personal.
A través de la manera en que cada quien se desenvuelve va adquiriendo experiencia y diferentes grados de responsabilidad, lo que se traduce a mejores y más altas oportunidades en el trabajo, pues cada vez que una persona se supera a sí misma, logra crecer y darse cuenta de que es capaz de obtenerlo por sus propios medios y eso tiene un merito tremendo aun cuando en esta época parece que tener merito es trabajar sin razón ni causa por algo estéril.
No obstante es todo lo contrario, al ponerse en una actitud receptiva y de compañerismo se logran propósitos a corto, mediano y largo plazo y eso permite que ese individuo sea reconocido por su persistencia y tenacidad, lo cual es característica indiscutible de una persona que a la larga logrará moverse del puesto que tiene a uno mejor en todos los sentidos y eso repercutirá en su futuro para bien.
No olvides que la manera en la que tratas a otros es un reflejo de forma en la que te educaron, de cómo eres y lo que has aprendido en la vida, y de ese modo generas que las puertas para ti se abran o se cierren.
Bendecida semana.