Cuando te vas a casar o si acabas de contraer matrimonio, la mayoría de las personas te da el mismo consejo: «no se vayan a dormir enojados», generalmente es el tipo de consejos que vienen de las personas que más te aprecian.
Desde luego tienen razón, la mejor opción siempre será tratar de solucionar conflictos, pero también es cierto que cuando dos personas se casan se mezclan tradiciones, hábitos, maneras de pensar y educación de dos familias distintas, por lo que es casi imposible entrar en conflicto. sin embargo, procurar seguir este consejo te ayudará a tener varios beneficios.
SABIDURÍA QUE AYUDA: Un estudio realizado por neuro-científicos de la Universidad Amherst de Massachusetts, asegura que cuando te vas a dormir tras un enojo, interrumpes el proceso de aceptación de un hecho o situación que es incómodo o molesto, y al despertar y encontrarte de nuevo con la situación reaccionarás violentamente. El estudio comprobó que quienes se iban a dormir después del enojo reaccionaban más violentamente al día siguiente que quienes se habían quedado a charlar para llegar a una solución. Los especialistas recomiendan hablar relajadamente hasta que las cosas se apacigüen.
Es mejor hablar y esperar a que tu mente se aclare, desde luego que calmarse significa ceder, lo que probablemente signifique que te irás a dormir con la sensación de que las cosas no fueron justas para ti, pero esa es una forma muy inteligente de perder una batalla para ganar la guerra.
El sueño tiene mucha importancia para la memoria, por eso si te duermes inmediatamente después de estudiar las cosas se te quedan grabadas, pero si has tenido una discusión o has vivido un suceso traumático, es mejor que intentes permanecer despierto por un tiempo y hacer algo que te distraiga, o bien, intenta solucionar el problema. Es mejor irse a la cama con la sensación de que las cosas se están solucionando. Soluciona tus problemas y utiliza el sueño de forma estratégica.
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