Hoy en día tenemos mucha información sobre métodos, estrategias, cursos etcétera sobre la mejor manera de educar a nuestros hijos pues partimos de algunas premisas como: “quiero darle lo mejor” y “quiero que sea feliz”. Lo cual es totalmente cierto y ningún padre quiere lo contrario para su hijo, pues yo nunca he escuchado a un papá o a una mamá diciendo “¿Cómo puedo perjudicar a mi hijo?” Ahora bien; lo importante es definir realmente lo que es mejor para ellos y su felicidad. Lo primero que tenemos que asumir es que no existe la paternidad o maternidad perfecta, somos humanos y nos equivocamos miles de veces.
Aquí les dejo algunas reflexiones que espero ayuden al ejercicio de la paternidad amorosa y consciente para educar a nuestros hijos:
- Definir los valores que queremos inculcar en nuestros hijos es primordial y eso solamente se refleja en el actuar diario de nosotros, por ejemplo; queremos personas honestas y le permitimos a nuestros hijos mandar justificantes médicos falsos para no enfrentar una consecuencia en el escuela o incluso en universidad.
- Darles todo a manos llenas, es el error más común que cometemos hoy en día pues ya no se valora absolutamente nada y solamente estamos promoviendo la satisfacción inmediata.
- Miedo a nuestros hijos y a decirles que NO a algo, hacemos todo para que nos quieran sin importar las consecuencias que en ellos representa, pues mal pensamos que si les decimos que NO nos dejarán de querer y esto es totalmente falso, porque la intención siempre es amorosa y no destructiva.
- Establecer límites claros, aquí lo que recomendamos es que haya límites negociables y otros definitivamente no, así como lo escribí en la columna de “elegir las batallas con tus hijos”, pues no vale la pena desgastarse por todo sino solamente por lo que realmente es importante.
- Tenemos que asumir que somos guías y autoridad, no debemos ser cómplices de nuestros hijos NUNCA pues nuestro rol es guiarlos y ayudarles a ser responsables de sus actos. Para nosotros es muy difícil encontrar el balance en esto pero debemos dejar que, a medida de sus posibilidades, resuelvan sus propios problemas para hacerlos críticos.
- Elegir la escuela que los haga trabajar, pues la capacidad de trabajo es la habilidad más importante para el futuro altamente competitivo al que se enfrentarán nuestros hijos, por eso no les quitemos las “piedritas del camino” que se enfrenten a todo tipo de personalidades y situaciones para que aprendan a resolver.
Por último, y en lo personal es la reflexión que más me gusta, es que lo que realmente produce felicidad en las personas es el logro de objetivos pequeños o grandes esta debe ser nuestra filosofía de vida, nuestros hijos deben encontrar su motivación interna y sus logros, pues si dejamos que las motivaciones solamente sean externas nunca encontrarán satisfacción absolutamente nada.