La disciplina vencerá

Javier Garrido

El trabajo duro vencerá al talento, siempre que el talento se rehúya al trabajo duro.

Ben Lehner. (Biólogo molecular)

Javier Garrido

Esa tarde estaba muy molesto y en medio del enojo dije: ¡tú no puedes hacerlo de esa manera! Sólo me falto decir, y nunca podrás para establecer mi adultez y mi crueldad en una sentencia errónea. No así, porque me equivocara en lo que decía; mi error estaba en sentenciar a esa persona. Nunca antes había dicho algo así con tal fuerza y nunca he creído que alguien no pueda. Por el contrario.

Lo que trataba de explicar y no explique, en ese momento. Es que sin duda esa persona no podía y jamás podrá de esa manera, lograr formas objetivas; porque le falta una pequeña, pero elemental herramienta para lograr el éxito en lo que sea que te propongas: disciplina.

Yo la considero mi amante y mi musa, esencia divina de 9 letras; la leo femenina y le doy mi lealtad.

La disciplina que pese a su etimología nada compleja, que nos la define como: enseñanza.

También nos da un trasfondo místico mucho más grande.

El de parir la palabra “Discípulo” y es allí donde surge el compromiso del ser y el objetivo.

Quien es discípulo de la escritura será un gran escritor.

Quien es discípulo de la cocina será un gran chef, quien lo sea del deporte, del amor, del baile, de la guerra, de la meditación, del estudio; y así de cada objetivo que se tenga en mente se llegara a él con éxito y sin esfuerzos inútiles.

Sin duda puedo transmitir que la disciplina, es la llave mágica de la transmutación. El puente que cruza todo lo existente e inexistente, entre los mundos inmateriales, no físicos. Como el de los sueños y las ideas; al mundo que nosotros llamamos realidad. Pero, también lo hace de forma contraria. Llevando nuestros estados de consciencia a mundos con altos rangos de percepción.

La disciplina y la constancia son una mezcla explosiva que nos lleva al éxito; lo demás es distracción.

La distracción es el enemigo de la objetividad. Nos puede llevar a lugares que no queremos; pero es el sendero correcto de la aventura.

Siguiendo la Filosofía del: “todo sirve”. Aprenderemos que mientras las cosas estén en el proceso de realización, muchas veces parecerán contrarias, complejas o paradójicas. Pero solo están en un proceso. Son los resultados los que nos darán una verdad.

Algunas personas ven y potencializan el fallo, pero es en este punto donde la palabra enseñanza; (disciplina) toma su magia.

A veces el fallo es un factor que nos da un momento para respirar y descansar, mas no es factor para detenerse, no para lamentarse, no para permitirnos que sea el fallo el resultado de la disciplina.

No es factor para confundir el proceso con el resultado. En esta ciencia es menester tener cuidado.

El fallo nos enseña la impureza y nos dicta los puntos a trabajar para crecer y avanzar. No es algo fácil de entender si no se analiza. Por ello es que, algunas personas que están por fuera de las miras del discípulo, organizaran opiniones, te las transmitirán mientras avanzas, (aun sin que el discípulo las solicite) pero debemos escuchar sólo lo que nos sirve, saber tomar en cuenta las opiniones, ubicando de quienes vienen y que intenciones tienen. Por ejemplo; Aquella vez que externé esa insana sentencia sólo buscaba ayudar a crecer, pero al igual que todos estaba aprendiendo; aunque yo estaba en la etapa de aprender a enseñar.

La disciplina me hace, me transforma y trae cosas tan maravillosas y pequeñas recompensas, como por ejemplo: Escuchar “Tu disciplina es muy atractiva” y que esto venga de alguien a quien admiras enormemente y que es fruto mucha de inspiración. Sin mayor presunción motiva.

Por estas recompensas y más. Puedo escribir todo esto con la pluma de la experiencia; porque sé que: “El camino a las metas es un tiempo y espacio en el que siempre recomiendo; como parte de la disciplina, llevar sólo lo necesario”.

Y lo necesario siempre, siempre es muy poco…

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