¿A cuántos de nosotros nos ha pasado que tenemos nuestra entrevista a las 9 de la mañana y son las 9:15 y seguimos sentados esperando nuestro turno? Me atrevería a decir que a todos. Son momentos agónicos que únicamente nos ponen más nerviosos. Un minuto se pasa eterno y el ver que pasa alguien antes que nosotros nos estresa aún más.
Posiblemente no logremos controlar los nervios que de manera involuntaria sentiremos. Sabemos que de esa entrevista dependa una gran oportunidad y los negocios se basan en “amores a primera vista”. Sin embargo, existen maneras de aprender a lidiar con la espera y sobre todo proyectar una mejor imagen desde la recepción.
Para empezar, y seguramente ya lo habrás leído en muchos lugares, llega temprano. Es mejor esperar un poco más de tiempo, pero por lo menos no llegarás tan nervioso. ¿Qué pasa cuando estás atorado en el tráfico y vas tarde? Trata de reproducir esa sensación y solo imagina como te bajaste del coche y llegaste a la recepción del lugar. ¿Te suena familiar el llegar corriendo, disculpándote y seguramente hasta sudando? No hay que ser expertos para leer esta escena. Y aunque no la definamos por completo, descartando podremos decir que seguridad NO es lo que proyectas.
Suponiendo que ya te anunciaste tus 5 minutos protocolarios previos a tu cita con la señorita de la recepción y estás por sentarte. Trata de elegir un asiento que tenga visión hacia la puerta por donde te hablará la persona con la que tienes la cita. Si hay opciones, elige la silla con brazos y no el sillón que te hundirá y te hará verte con menor estatura. Recuerda que el lenguaje corporal comunica el 93% el mensaje. Camina hacia él de manera erguida y con el objetivo claro.
Toma asiento de manera derecha (no abuses en lo erguido), no cruces ni brazos ni piernas y OCÚPATE. Saca algún libro, una libreta para escribir tus pendientes, repasa tus notas que preparaste para esta entrevista, algo que comunique que estás usando tu tiempo de una buena manera y que no te gusta perderlo. Cuidado con estar revisando de manera continua el celular, según las últimas investigaciones son parte de la comunicación corporal que comunican nerviosismo. Además al ocuparte, reducirás de manera importante los nervios porque tu mente estará enfocada en otras cosas. Cuando te llamen, tómate tu tiempo en guardar lo que utilizaste. No queremos que por apresurarte se te caigan y tengas poco control de ellas. De esta manera, proyectarás más seguridad y te dará oportunidad de tomar el último respiro para entrar con toda la confianza en ti mismo.
Si te ofrecen agua, acéptala. Te ayudará a hidratar tu boca que puede estar seca por el estrés. Toma poca y con calma, no queremos que de los nervios quieras ir al baño antes de tu entrevista (este paso va antes de llegar al lugar y anunciarte). Asegúrate de tener siempre alguna menta o pastilla que te refresque el aliento y te ayude a la concentración.
Así, la próxima vez que estés esperando tu turno, en vez de ver pasar gente en la sala de espera y torturarte, utiliza esos 20 minutos como la excusa perfecta para corroborar que tu celular esté en silencio (no en modo de vibrar porque te puede distraer), respirar profundo, repasar mentalmente tus notas, leer un libro y simplemente esperar a que la función empiece. ¡Mucha suerte!