Crecer es un acto que implica todas las emociones: amor, alegría, tristeza, miedo y enojo.
Crecer es un proceso que lleva implícito cambios en todos los sentidos: físico, intelectual, emocional y espiritual.
Comprender todo lo que vivimos no es fácil y menos sin una guía o un acompañamiento.
Cómo jefes de familia, estamos viviendo una situación individual frente a la tarea de ser padres, que supone una actitud y una situación diferente de aquella que se genera por nuestros propios procesos.
Cuando defines la función de ser papá, no hablas de lo que implica, sino de lo que sientes, en la mayoría de los casos.
Se manifiesta la emoción de dar vida al otro, se manifiesta la enorme responsabilidad de guiar al otro y el compromiso social que sentimos algunos padres de entregarle a la sociedad un mejor ser humano.
Sin embargo, ser padre, cómo función y «profesión», crea una situación diferente (paralela a nuestra labor o trabajo) que implica una serie de acciones como son: dirigir, aportar, educar, acompañar, compartir. Una pequeña lista de lo que debemos tener en cuenta.
Hoy día, hay muchos cursos, libros e información para ser padres. Y sí que es necesario pedir ayuda y buscar apoyo.
La invitación de hoy es tomar presente una acción emocional.
La sociedad de hoy se mueve entre el egoísmo y el maltrato, no es necesario justificar esta frase, basta con ver un poco de noticias, observar los delitos comunes, el aumento de las adicciones, la pobreza y el dolor de muchos, así como la actitud pasiva de tantos y el hedonismo de los jóvenes, en especial.
Parte de nuestra tarea de ser padres es ayudar a crear una sociedad mejor; desde aquí, lograr que nuestros hijos aprendan a
manifestar sus sentimientos con respeto y decoro, cualquiera que sea (enojo o tristeza), abre la puerta al respeto por el otro, a la empatía y a la asertividad.
Comunica tus sentimientos con el mismo respeto, no por ser niño está negado a entender lo que te pasa, por ejemplo:
«En este momento me siento cansado y enojado, no puedo hablar contigo»; «tuve un día difícil y estoy triste»; «tengo miedo de la reacción de mi jefe y estoy muy pensativa»; «estoy organizando los pagos y me siento preocupado»… son frases que ayudan a expresar nuestro estado de ánimo y además dejan ver lo que necesitamos.
No nos debilita. Nos hace ser humanos e invita al otro, tu hij@, a escuchar y abrir su corazón.
«Durante la infancia es cuando aprendemos a expresar nuestros sentimientos y emociones. En este aprendizaje, a través de las distintas experiencias de la niñez, los padres y la sociedad juegan un rol muy importante. Cada sociedad, así también como cada familia en particular, enseña diferentes formas de expresar (o reprimir) emociones y sentimientos.»
Hasta la próxima…