Ahora que cambiamos de estación y muchos de nosotros andamos como burros en primavera… sí, eso existe. Dicen los que saben que la exposición a la luz aumenta nuestra secreción de endorfinas, por igual en hombres y mujeres. Las endorfinas son unos neuropéptidos que lo que hacen es ayudarnos a aliviar el estrés, levantar el ánimo que andaba medio decaído por el invierno y estimular nuestra respuesta sexual.
Así que, ahora que lo sabes, no te azotes si andas más jarioso(a) que de costumbre, mejor démosle las gracias a la madre naturaleza que nos mantiene calientitos y con ganas de más.
Y, hablando de calenturas ¿alguna vez has sentido que no sabes qué hacer con tanta? Es decir, llevas más tiempo del que te gustaría en abstinencia y masturbarte ya no hace el efecto tranquilizador que suele hacer. Es que, tener un encuentro sexual con otra persona, libera una serie de hormonas y neurotransmisores distintos a los que liberamos durante la masturbación.
Hoy me gustaría hablarte acerca de los miedos comunes cuando esto ocurre, algunos te parecerán exagerados, pero créeme hay más de uno(a) que vive así de aterrador la falta prolongada de sexo en su vida (más de 3 meses):
- Pensamientos obsesivos y recurrentes sexuales. O sea, como todo el tiempo andas pensando –quieras o no- en sexo; en lo que te gustaría hacer y/o que te hicieran, en todas las fantasías que no has llevado a la práctica, en lo mucho que te hace falta, etc. asusta sentir que podrías perder el control de tu vida sexual.
- Tomar malas decisiones. Sí, hay quien siente que como no está “completo(a)”, no pueden tomar decisiones adecuadas en ningún área de su vida… es como si la falta de sexo, se apoderara de todo su ser y no pudiera pensar en nada más.
- Desarrollar una parafilia nueva. A muchas personas les da miedo que por la falta de sexo, se les de por desarrollar un nuevo y extravagante gusto sexual.
- Olvidar cómo se hace. Este, por mucho, es EL más común. Da mucho miedo que al perder la práctica, perdamos el know how de nuestro desempeño sexual, por aquello de que “músculo que no se usa, se atrofia”.
Lo real es que estos miedos están basado en mitos y creencias limitantes acerca de nuestra sexualidad. Lo que sí nos puede pasar después de un tiempo sin nada de nada es que andemos de muy mal humor, irritables, un poco más estresados que de costumbre o incluso que nuestra autoestima baje porque nos podemos empezar a sentir poco atractivos o deseables para los demás y eso impacta directamente sobre nuestra autoestima sexual.
Así que, si hoy andas a la baja, no te azotes de más. Si le quieres poner remedio, mejor checa cómo te sientes, sal, conoce gente, pon manos a la obra y si te sientes muy atorado(a) con el tema ¡pide ayuda! Se vale ir con un especialista y revisar qué está pasando.
Cuéntame ¿cuánto es lo más que has pasado sin tener un encuentro sexual?