Uno de los peores errores que pueda cometer un empleado es perder la fe en sí mismo, creer que definitivamente no podrá lograr sus objetivos. La falta de fe, ya sea por la falta de interés del jefe, por las escasas oportunidades de crecimiento o por mero pesimismo, hacen que uno desista en su afán de conseguir sus sueños.
Tenerse fe es indispensable para poder superar retos familiares, profesionales o personales, en estos casos siempre hay que tenerse confianza. Sólo hay que desconfiar de ella cuando la vida esté en peligro. Por ejemplo, si estás en medio de un bosque y ves a lo lejos a un enorme oso sería absurdo tener fe en que podrías vencerlo, lo más lógico es correr.
Cuando estamos en situaciones amenazantes es mejor ser pesimistas, pero cuando el asunto tiene que ver con retos es mejor tenerse fe.
En una investigación científica 10 pacientes tenían que ser operados de la rodilla por ruptura de tendones y ligamentos, los médicos solo operaron a dos y al resto les hicieron un corte y les pusieron los puntos. Se les hizo creer que todos habían sido operados. Seis meses después todos los pacientes se sentían satisfechos y se habían curado completamente. Lo que sucedió con ellos fue el efecto placebo, que es cuando se cree fielmente en el efecto de un medicamento, aunque este sea sólo una pastilla de azúcar.
Sin embargo hay que tener en cuenta que no todo se resuelve teniendo fe en ti mismo, la ecuación no está completa si falta el ingrediente del esfuerzo. Recuerda la fórmula de la rana para ascender de puesto.
El experto David Fischman en uno de sus artículos ilustra la fórmula de fe más esfuerzo con una metáfora. La historia habla de dos ranas que cayeron a un porongo de leche, de inmediato los reptiles intentaron subir para evitar morir ahogadas. Era muy difícil poder salir de ahí, casi imposible, pues las paredes estaban resbalosas.
Una de ellas creyó que era imposible salir, así que dejó de luchar, dejó de patalear y se ahogó. Su compañera siguió pataleando y saltando todo lo que pudo, la segunda rana se decía a sí misma: «Puedo salir, lo haré». Estuvo pataleando por horas, hasta que sus energías se redujeron al mínimo, cuando pensó en utilizar sus últimas energías en su último y mejor salto sintió algo extraño detrás de ella. Sus patadas habían formado un trozo de mantequilla en la leche. Se apoyó sobre la mantequilla y saltó a la libertad.
Lo que hizo la rana fue creer, pero a su fe sumó esfuerzo. Así que si quieres escalar un peldaño más en tu vida profesional, como ascender de puesto, lo mejor es utilizar esta sencilla fórmula.