El Sexo no solo es una forma de obtener placer, es también una forma de demostrarle a nuestra pareja afecto. En el sexo no solo entra en juego el coito y la penetración, sino que también están los besos, las caricias, los juegos, las risas y la complicidad.
El sexo es una necesidad humana que tiene la importante función de de reforzar el vínculo de la pareja, crear un espacio de intimidad y que permite a la pareja relacionarse de una forma más profunda.
El erotismo puede ser completamente sutil, como una mirada profunda y sostenida en un momento inesperado, hasta algo profundamente íntimo y sexual.
Una pareja sin sexo es como un organismo sin oxígeno, si estás con una pareja estable y la amas debes prestar mucha atención a la sexualidad, debes de alimentarla y cultivarla. Nada esta prohibido si no te daña a ti o al otro.
La falta de sexo suele afectar a la pareja de forma negativa, disminuyendo la comunicación entre ambos.
Es esencial que la pareja se comunique abiertamente sobre la manera de poder disfrutar más en su relación sexual y poderse generar mutuamente más placer. Desgraciadamente en la realidad vemos que esto no es así, algunas mujeres tienden más a hablar de su vida sexual con sus amigas que con su pareja, lo cual es un grave error. Ciertas parejas están juntas solo por la parte de amistad que debe existir en toda pareja, pero la parte erótica de su relación se encuentra muy mal y en algunos casos agonizado o ya muerta. Y de pronto descubren que viven con un «roommate» con quien conviven y hasta comparten responsabilidades y gastos pero nada más.
Octavio Paz decía algo muy sabio: “El sexo es la raíz, el tallo es el erotismo y la flor es el amor. Si la raíz muere, también muere el tallo y la flor”.
En alguna ocasión atendí en terapia a una mujer que sí tenía un fuerte deseo sexual y a pesar de que su pareja continuamente la buscaba y le pedía tener relaciones sexuales, ella se negaba y muy rara vez tenían sexo; sin embargo ella disfrutaba masturbarse casi todos los días. Esto aparte de ser un terrible egoísmo, nos hace ver que alguien en una situación similar, en realidad no ama a su pareja, no siente el mas mínimo deseo por esa persona. Una persona así esta enganchada en una relación por otros intereses, tal vez por compañía, amistad o una necesidad económica. Pero eso no es amor de pareja, ni es justo para el otro individuo.
Cuando una pareja ya tiene mucho tiempo juntos, tienden a caer en una monotonía que puede hacer que el deseo se vaya perdiendo, por lo cual es importante que los dos pongan mucha atención en romper la monotonía; mínimo una vez por semana salir solos, sin hijos, divertirse, tomar una copa, bailar, vestirse muy bien buscando ser atractivos el uno para el otro, perfumarse, y después, cuando el coqueteo, el roce de la piel, las miradas, los besos, la plática los lleven a la excitación puedan ir a un sitio en el que nadie los moleste y poder expresarse sexualmente de una manera libre. Sin importar cuanto tiempo tengas junto a tu pareja, debes de buscar que tu relación sea un eterno noviazgo.
Actualmente las parejas enfrentan un enemigo de su vida vida sexual, éste es el elevado estado de estrés de la vida diaria, provocado por las fuertes exigencias del trabajo, la presión que se vive en las grandes ciudades, los problemas económicos etc. Esto es algo que impacta negativamente en las emociones y provoca un descenso inevitable en la testosterona. El estrés afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque la sexualidad del hombre es más frágil que la de la mujer. Una mujer podría llegar a fingir en una relación sexual, pero para un hombre es imposible fingir una erección. Para las parejas que están enfrentando este problema, es esencial el que tengan una buena comunicación y trabajen juntos para resolver los problemas .Lo peor que una mujer podría hacer es presionar a su hombre para que le responda sexualmente, ya que el hombre entre más estresado se encuentre, menos podrá funcionar sexualmente.
Sean amigos, sean cómplices, sean amantes, jueguen juntos, compartan fantasías y busquen darse el mayor placer posible el uno al otro.