La importancia de las vacaciones para la salud mental

Edilberto Peña de León

Muchas veces nos ahogamos en la rutina cotidiana y nada más no encontramos la manera de que podamos romper la monotonía, los días se vuelven iguales y grises. Hay que saber porque es importante tomarse unas vacaciones de vez en cuando.

Edilberto Peña de León

La importancia de las vacaciones para la salud mental

  • La teoría del gato energético y su reposición no es cliché ni un lugar común. Nuestros esfuerzos diarios en efecto cansan. Estar unos días sin hacer nuestras actividades se vuelve más que necesario para reponernos.
  • En el primer punto hablábamos del gasto energético físico, pero ¿qué con el mental? Continuamente acumulamos preocupaciones, problemas que no es que no tengan solución, pero estas toman mucho tiempo, la espera y a incertidumbre son fuentes de estrés inagotable. Resetear la computadora para olvidarse unos días de esas preocupaciones sin fin es una gran idea.
  • Recuperar un espacio para la espontaneidad. No tener un plan definido, ni cosas que hacer una detrás de otra, nos abre la puerta a que, literalmente: “hagamos lo que nos venga en gana”. No se trata de no hacer NADA, se trata de dejar fluir nuestra imaginación y ver que se me ocurre hacer y planear de cero en pocos minutos y ejecutar.
  • Cambiar de aire, ver personas que extrañamos, pasar tiempo con nuestros familiares y amigos, eso nutre el alma y nos recarga de neurotransmisores de disfrute y de placer en nuestro cerebro.
  • Existen las vacaciones que son producto de un plan de tiempo, ahorro de recursos, reservaciones complicadas y de cumplir un sueño largamente anhelado… llenar la expectativa de llevar a cabo algo muy difícil y que se logró con esfuerzo y dedicación produce una sensación de bienestar pocas veces a la mano.
  • Llevar un estilo de vida saludable en la vida cotidiana suele ser aburrido y los días de vacaciones son la oportunidad perfecta para comer lo que no nos está permitido, levantarnos a la hora que no está bien y desvelarnos horas y horas sólo conviviendo, incluso corrernos una fiesta larga que no lo hacemos a menudo.
  • Finalmente hay que pensar en las mejoras físicas. Cambiar nuestro ciclo de exposición a la luz solar, llenarnos de vitamina D, hacer esfuerzos físicos que no estamos acostumbrados, respirar aire que no tenemos en las ciudades y cambiar la altura sobre el nivel del mar, son gran ejercicio cardiovascular.

Así que, sin darle más vueltas, las vacaciones son necesarias y nos benefician en mente, alma y cuerpo.

Dr. Edilberto Peña de León

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