El desapego es algo que deberían enseñarnos desde pequeños. Si todo está cambiando todo el tiempo, el apegarnos a algo o a alguien es absurdo. Desde ir al Kínder es nuestra primera experiencia de despego de mamá y cuántas veces el niño se adapta y la mamá sigue sufriendo por no estar con él.
Sería genial aprender a soltar, disfrutar lo que tenemos, cuando lo tenemos. La mente cuadrada y miedosa, se siente segura con lo que conoce y puede controlar, busca la rutina y los hábitos. Perdiendo así la espontaneidad y la inocencia. Volviéndonos mecánicos y más lejanos a nuestra esencia. Por nuestro pensamiento polarizado creíamos que para gozar hay que sufrir, que está bien la libertad pero no el libertinaje etc! Nos íbamos de un polo a otro, olvidando que el equilibrio es la sanación y que podríamos amar sin poseer, que el amor es libre y que lo que nosotros sentimos, más bien era co dependencia.
Nos apegamos a todo, desde un lugar en el comedor, hasta a una idea. Sí lográramos estar presentes aquí y ahora, no habría apegos ya que cada instante es nuevo. El 80% de nuestros pensamientos tienen que ver con el pasado y en negativo! Suena de locos verdad? Tener una mente es un gran regalo, un órgano maravilloso que piensa todo el tiempo y que a través de lo que cree, crea. Sí podemos soltar lo que ya pasó y tomar el néctar de la experiencia, podríamos seguir avanzando más sabios y renovados. Claro que el pasado nos sirve, pero no es para cargarlo y mucho menos para sufrirlo.
El desapego no quiere decir no amar o no disfrutar, al contrario, quiere decir vivamos éste momento con toda nuestra conciencia y agradecimiento, a sabiendas de que va a acabar y a pasar. Nada es para siempre, todo es temporal, incluyendo nosotros. El mayor apego sería a la vida, pero por un lado podemos desperdiciarla haciendo cosas que no nos gustan o con gente que no nos van. Dejándonos de hablar con amigos o familiares, porque según nosotros tenemos la razón. Y cuando estamos en el lecho de muerte nos damos cuenta de que no valía la pena desperdiciar la vida enojándonos, cubriendo expectativas o quejándonos. Estamos a muy buen tiempo para practicar el desapego, recuerda no es que no te importe, es desarrollar la habilidad de estar en el presente, que justamente se llama así, porque es un regalo, abiertos, fluyendo con lo que hay y recordando que si todo cambia todo el tiempo, cundo las cosas no estén tan bien, recordar que va a cambiar, que todo es temporal y cuando esté bien, disfrutarlas porque también, va a cambiar. Y que el tiempo que estemos aquí, sea eso, un regalo una fiesta porque estamos vivos, podemos respirar, reír, amar, servir, crear, compartir etc.
Cómo verás nos faltaría tiempo para vivir, no vale la pena atorarse por nada, ni por nadie. Vive el instante presente intensamente y recuerda que éste momento no regresa. Soltar nos da una gran ligereza y mucho espacio para lo nuevo.
Bendiciones Martha