Cada 15 de septiembre en casi todo el territorio de la República Mexicana se respira un clima de fiesta, jolgorio y muchos bríos; hay algo que festejar, la Independencia de México, símbolo de unidad entre los ciudadanos. ¿A qué viene todo esto? ¿Cuál es el verdadero sentido nacionalista que envuelve esta festividad? Hagamos memoria, en 1809 se urdió una conspiración en Valladolid (la actual Morelia), los conspiradores fueron descubiertos y por tal motivo puestos tras las rejas. Al año siguiente en 1810 Miguel Hidalgo, Allende, Josefa Ortiz de Domínguez y Aldama, organizaron otra conspiración que también fue descubierta, por lo que sus líderes decidieron iniciar un levantamiento contra las autoridades novohispanas. Algunas de las versiones que se tienen sobre estos hechos han sido cambiadas conforme a los intereses del gobierno respectivo, por lo que no se tiene una leyenda al pie de la letra, de lo que en realidad se dijo en el Grito de Dolores, lo que conocemos actualmente son testimonios de segunda mano.
En relación a esta festividad cívica, la primera vez que se conmemoró el 16 de septiembre fue el El Chapitel, un edificio ubicado en Huichapan Hidalgo en 1812 por el general Ignacio López Rayón. Esta fiesta comenzó con una gran descarga de artillería, una vuelta general de esquilas, posteriormente una misa y cerró con broche de oro con una serenata. Posteriormente José María Morelos y Pavón, propuso al Congreso de Chilpancingo que en uno de los 23 puntos que conforman los Sentimientos de la Naciòn, se solemnizara el día 16 de septiembre todos los años, como un aniversario del día que se levantó la voz de Independencia e inició nuestra Libertad. En los congresos de 1822 y 1824 fue ratificada esta medida declarándose el 16 de septiembre como día de fiesta nacional en la Constitución de Apatzingan.
Hoy día me pregunto ¿qué paso con esos hombres y mujeres que podían hacer por su país cualquier cosa sin esperar nada a cambio? sus ideales los llevaron a ser perseverantes y a luchar con aquello que iba en contra de sus principios y que lastimaba la dignidad de un pueblo oprimido con urgencia de cambio. Cuando estudie la primaria, los libros de texto me presentaron a unos mexicanos arrojados a los que nada se les dificultaba, mismos que eran capaces de poder con sus vidas a pesar de cualquier hostilidad, en ese momento me sentía orgullosa de ser parte de una raza y nación con altos ideales; nunca pasó por mi mente el sentimiento de miedo, sé que se confrontaban a si mismos y en sus luchas eran vencedores porque podían dominar su mente. Seria un regalo evocar esos pasajes, exigirle a nuestros genes que se comporten a la altura y que saquen la casta. En estos tiempos necesitamos más que nunca la libertad y esa nadie puede quitárnosla, bueno ahora el estar tras las rejas puede ser la ansiedad de un iphone 7; pero el que tiene agallas que sea quien es y sólo así será digno y responsable decir: ¡Viva México señoras y señores!