La inspiradora historia de los Niños Triquis


Manolo_fernandezLevanten la mano todos los que este 30 de abril van a cambiar el avatar de sus redes sociales y van a poner una foto de cuando eran niños, ¿Qué?… ¿Nadie??… ¿Sólo yo?… Ok, no lo haré… El tema es que en prácticamente todo el mundo se celebra el día del niño aunque no en el mismo día. Muchos han sido los infantes que han dejado huella en el deporte a lo largo de la historia, “niños maravilla” o “niños superdotados” que nos han hecho voltear a verlos.

Como olvidar la increíble historia de los “Niños Triquis” de Oaxaca; pequeños que aman el basquetbol y que hicieron que el mundo entero los volteara a ver por un pequeñísimo detalle, JUEGAN DESCALZOS, y no como una señal de extravagancia, sino de la situación de pobreza y marginación que viven en sus comunidades, y como no entenderlos si son precisamente las comunidades Triquis de la sierra de Oaxaca unas de las mas vulnerables y golpeadas que existen en este país.

Estos niños que no entendían absolutamente nada más allá que el amor y la pasión a un balón, traspasaron fronteras gracias a su calidad como deportistas pero sobre todo a su calidez e inocencia. Fueron muchos los torneos que disputaron internacionalmente, siendo el de Orlando Florida en Julio del 2003 el primero de ellos. Cuando viajaron fueron muchos los “choques” a los que se enfrentaron, primero el hecho de subir a un avión, muchos de ellos no sabían siquiera como era uno, y después los organizadores del torneo les prohibieron jugar descalzos, ¿habrán entendido estos señores que los Triquis no conocían otra manera de hacerlo?

Usaron tenis, a pesar de que nunca antes los habían utilizado, y después de mucho dialogo finalmente pudieron jugar descalzos, no fue la mejor de sus competencias, pero en ese momento el resultado era lo de menos, el esfuerzo y las sonrisas con las que estos niños jugaron fue suficiente para que su historia y ejemplo se regaran como pólvora a nivel mundial.

Las invitaciones y los apoyos (frijol con gorgojo como le dicen algunos) no se hicieron esperar, en medio del torneo fueron por ejemplo al parque de diversiones de Disney, evidentemente fueron recibidos por el patrón, el Sr. Don Mickey Mouse y Sra. y se la pasaron justo como lo que eran, niños. Regresando al país fueron invitados por el Presidente de México a una reunión para conocerse, y obvio su historia poco a poco permeó en toda la sociedad, siendo el centro de la información durante un muy buen tiempo. La liga profesional de Baloncesto, la NBA, los invitó incluso a convivir con algunos equipos profesionales.

Siguieron las invitaciones a otros torneos alrededor del mundo, donde en cada oportunidad se mostraba que independientemente del detalle del calzado, estos niños eran grandes jugadores, en Argentina por ejemplo en Octubre del 2003 fueron invitados para participar en el 4to Festival Internacional de Mini Basquetbol y los pequeños ganaron los seis partidos que disputaron. De hecho fue tan sonada su actuación que inmediatamente le llovieron criticas a la Selección Mexicana de Futbol que a pesar de tener todo tipo de apoyos y de patrocinios, en ese momento atravesaban por un muy mal momento en su intento de llegar al mundial de Brasil.

Y por si esto no fuera suficientemente meritorio, los “Ratoncitos descalzos de México», como se les conoce, deben cumplir ciertos requisitos para poder formar parte de este selecto grupo de deportistas de primer nivel, si quieren jugar con los Triquis deben ir a la escuela, mantener un promedio superior de 8.5, hablar su lengua natal y por si fuera poco, además de entrenar con el equipo, deben apoyar en las labores de sus casas, nada de que “llegué cansado de entrenar” o “Le juro profe que bajé de calificación al momento que me dediqué al equipo”, o cumples o te vas del equipo.

Si esta historia la hubiera escrito cualquier guionista de Hollywood tendría que tener una “vuelta de tuerca” o un momento de drama… pues sí, también lo tiene, pues hace poco más de 2 semanas, cuando los menores se dirigían de regreso al estado de Oaxaca después de haber participado en el torneo de básquetbol regional de pueblos indígenas, en Morelia Michoacán, la camioneta en la que viajaban fue impactada por un vehículo conducido por un hombre ALCOHOLIZADO (más coraje me dio), afortunadamente no hubo ningún lesionado, pero este hecho llenó de indignación a todo el planeta, ya que estos niños se han ganado el corazón de todos.

Niños como estos hay muchos en este país, niños que desafortunadamente viven en condiciones vulnerables y de pobreza extrema, y aunque no todos se pueden dar a conocer por jugar algún deporte, o por su forma tan característica de “pararse” en una cancha, si estoy seguro que la sonrisa, el ímpetu y el amor a un balón ahí están, y que lo más importante es que no perdamos foco en el aspecto de que son niños y que merecen ser felices y si en algo depende de nosotros, pues hagamos que su día sea mejor, al final todos en algún momento lo fuimos y todos en algún momento añoramos esa pelota o ese juguete que a la larga nos cambió la vida.

¡Feliz día!

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