La madre es el mejor ferrocarril del mundo

La madre es el mejor ferrocarril del mundo

La madre es el mejor ferrocarril del mundo
La madre es el mejor ferrocarril del mundo

Lamentablemente, antes del matrimonio, los hombres son de lo más cariñosos con su amada, llenas de atenciones a la mujer y se convierten en las personas más románticas del mundo. Son cuidadosos con sus palabras, con sus actitudes, son cordiales y siempre tienen buena disposición, nunca faltan los detalles para ella (su amada). Pero (Aquí viene la palabra que es sinónimo de inconveniente en muchas mujeres casadas), en muchos hogares, ¿a dónde va a parar todo eso durante el matrimonio? La actitud de muchos esposos pareciera hacer honor al dicho “No hay que correr tras un ferrocarril que ya se ha alcanzado”.

La madre es el eje del hogar, cada uno de los miembros de la familia es muy importante, pero cuando una madre lo es de verdad (hay que reconocer que no todas las personas son ejemplares), su influencia es la más poderosa en la familia. Una madre tiene derecho a que se reconozca su amor, influencia y sacrificio.

Con frecuencia los esposos y los hijos ni siquiera reflexionan en las tareas a las que está sometida una madre y mucho menos se preocupan por aliviar esas cargas. Ella cumple sus obligaciones con alegría, entrega y espíritu de sacrificio, mientras que los demás miembros de la familia se muestran despreocupados, indiferentes e ignorantes sobre las tareas de ella y no se preocupan por aliviarla.

La madre tiene derecho al descanso, a vivir, a distraerse y a la comprensión de los demás. Es por eso que hijos y esposo tienen que ser razonables con ella, no solo para disminuir la carga de trabajo, sino para ayudarla a disfrutar de tranquilidad y reposo. Aquí algunas ideas para reconocer a ese gran ferrocarril que nunca se cansa de dar lo mejor de sí misma, pues la madre es la mejor del mundo.

1.- Reconocimiento. Un error que cometen muchas familias es ignorar los esfuerzos de una madre, si se le reconocen serán más perceptibles, por lo tanto la ayuda vendrá en automático. El reconocimiento debe convertirse en algo práctico, aliviar sus cargas y proporcionarle alegría.

2.- Ayudar en el hogar. Es hora de que todos ayuden en el hogar, no basta con un “¿a qué te ayudo?”, el trabajo es casa es muy obvio, se requieren más acciones y menos palabras.

3.- Amabilidad. No se le deben exigir las cosas a una madre como las hermanastras a “cenicienta”, siempre se debe de respetar a una madre.

4.- Detalles. Es mejor que el esposo aprenda a recordar la época del noviazgo, y que los hijos aprendan a dar detalles amorosos a esa mujer especial que cuida de ellos.

5.- Consentir. ¡Ah! Pero cómo nos gusta consentir a los amigos, compañeros de trabajo e incluso a los vecinos, una madre merece ser consentida, mimada y amada.

6.- Menos descargas de enojo. Además del trabajo del hogar, parte del trabajo de un padre y una madre es escuchar los problemas de los hijos (en la escuela) y de su pareja (en el trabajo), pero no es parte de su trabajo servir de blanco para que su cónyuge descargue toda su frustración.

7.- Más descargas de amor. “¡Mamá, eres lo mejor que tengo en este mundo!” No necesitas un 10 de mayo para decirle a tu madre que la amas.

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