En la memoria nacional

Francisco Javier Garrido

“Quien no conoce su historia, está condenado a repetir sus errores.”

Paul Preston.

Francisco Javier Garrido

Cuenta la leyenda Mexica-Tolteca escrita en algunos jeroglíficos sobre un hombre que era más que eso, considerado por las traducciones españolas como el Dios de los Dioses: Quetzalcóatl. Quien ayudo en las cientos de formas descritas a la sociedad prehispánica, pero al final el tomo una barca, se internó en el gran océano con dirección al este. Prometiendo que regresaría y muchos años después recibieron a Hernán Cortes creyendo que era una reencarnación del mismo.

Esto es sólo un breve resumen. Pero, no es muy diferente de cuando José de la cruz Mori, mejor conocido como el General Porfirio Díaz, partió del puerto de Veracruz con rumbo a Europa montado en aquel buque alemán; después de haber sido 7 veces presidente de México y también de haber tomado armas contra el Gobierno de Benito Pablo Juárez García y el de Sebastián Lerdo de Tejada. Dijo que esperaba que el pueblo de México se diera cuenta de lo necesario que era y esperaría para que le pidieran regresar.

Aunque parezca una locura, durante su estancia en Francia, país por el que siempre demostró gusto, interés y gran influencia, fue visitado por grandes personalidades del ambiente político para pedirle apoyo y asesoría. También se habla de que las principales motivaciones del conocido traidor de la patria el General Victoriano Huerta, estaba la de ocupar la silla para que el presidente Díaz ejerciera el poder a través de él.

Hablamos la historia de un Gral. Condecorado, historia que oscila entre los años de 1860- 1921.

A más de noventa años, ¿vivimos en la misma nación?

Tenemos un Presidente que nos pregunta ¿qué haríamos en su caso?, al no poder dar respuestas objetivas ante situaciones políticas, que caen en la burla de la opinión pública, proveniente de las mismas personas que ven masacrada la integridad en sus bolsillos, cada vez que el gabinete presidencial removido cada 6 meses busca realizar algún supuesto movimiento que beneficiara a nuestro país.

Llega a mi teléfono un video como muchos de los que circularon hace solo 1 semana donde la sociedad (nosotros) hartos de la supuesta injusticia de un ¡GAZOLINAZO! (Lo escribo de esa manera porque sÓlo fue un título sensacionalista) donde supuestos generales retirados amenazan a peña nieto, donde una niña declama con harto sentimiento el poema purépecha: Tata Lázaro ¿Dónde estás?, donde diversos hombres apenas y organizados decían comenzarían mega marchas, miles de post de manifestaciones en gasolineras quemadas; que en cuestión de horas se cambió a mensajes donde hablaban de saqueos, burlas de saqueos y quemas de supermercados.

Esto es lo que somos, Ésta es nuestra realidad.

Todo el rencor ante la injusticia se desvaneció de los medios y se frenaron las cadenas en la era de mayor enlace en las comunicaciones sociales.

¿Qué diferencia hay entre nosotros y las primeras hordas de chimpancés seducidos y asustados por el fuego en las ramas de los árboles?

Mucha, la respuesta es mucha. Porque ellos experimentaron lo que el fuego quema. Hoy ya ni siquiera nos atemoriza el olor al humo, no necesitamos un poco de nublazón siquiera, ahora sólo basta mencionar que podría haber algo para temerle.

Así funciona el terror y así funciona el control social.

Nos hacen saber que estamos así por culpa nuestra y no por nuestra responsabilidad. La diferencia es mucha en estas dos palabras; nos enseñan que no podemos, que necesitamos un líder. Así y solo así poder postular a un hombre como López Obrador como el mejor candidato para las elecciones del 2018, si no es el será alguno de los ya desacreditados partidos. Claro que esto después de haber llegado a los arreglos necesarios con las gentes que no se nombran, con las mismas que hicieron que existan las necesidades sociales que en verdad no son necesarias.

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