Existen un gran numero de mujeres que cuentan con lo que podríamos llamar un excesivo instinto maternal y esta actitud de madre la llevan a contextos inadecuados e indebidos, como el querer jugar el rol de madres inclusos con hermanos, amigos y hasta sus novios o esposos. Ellas continuamente están ordenando como deben realizarse las cosas o regañan cuando la persona hace algo que ellas juzgan incorrecto.
En este artículo me voy a centrar en esta personalidad “Impotentizadora o Castrante” en las relaciones de pareja.
La mujer castrante, tiene grabada una historia inconsciente en donde por alguna experiencia con los hombres (padre o alguna otra figura significativa) se sintió fuertemente traicionada o lastimada por este; al quedarse resentida y desconfiada, utiliza el control, para de alguna manera sentirse segura de que no la volverán a lastimar.
Estas mujeres, en la relaciones con sus parejas tienen conductas en donde buscan tomar continuamente el control de la relación; descalifican a su pareja cuando esta no cumple con alguna expectativa; lo devalúan, lo regañan o lo minimizan como una forma de confirmar que no pueden confiar en él. Al hacer esto reafirman su idea de que no necesitan contar con la ayuda de un hombre y mucho menos podrían depender de ellos.
Cuando tienen un hijo varón, los hacen dependiente de ellas, los sobre protegen y le comunican continuamente el mensaje de que la autoridad en la casa es ella y no él padre, sembrando en su hijo la semilla para un futuro hombre castrado que buscará a una mujer con características similares.
El hombres psicológicamente castrado, quien simbólicamente ha perdido su masculinidad, su virilidad, es alguien que socialmente se va volviendo impotente ante las mujeres, que las consideran como seres peligrosos, vengativos, irascibles o simplemente inalcanzables, y que cede de forma cobarde ante ellas. Al comportarse así provocan que estas mujeres los traten sin respeto, abusen de ellos, se aprovechen de su posición.
De manera inconsciente esta mujer va demoliendo la personalidad de ese hombre que la atrajo y lo enamoro, terminando convirtiéndolo en una piltrafa, con baja autoestima y serios problemas en su desempeño sexual, lo cual paradójicamente la frustrara y decepcionará totalmente de este hombre. Sin darse cuenta que el solo es el resultado de sus continuas acciones aplastantes y demoledoras. Este tipo de mujeres son muy eficientes provocando disfunciones sexuales en sus hombre, como son la eyaculación precoz, problemas de erección e impotencia. Y lo logran amenazándolo continuamente con castigarlo sin sexo, compararlo con otros que estuvieron en su historia sexual, menospreciándolo, humillarlo, diciéndole que no funciona como hombre, que se buscara un amante que si pueda darle placer, presionándolo cada día mas…
La sexualidad del hombre es mucho mas frágil que la sexualidad de la mujer, Ya que al hombre el estrés y la ansiedad lo impactan profunda y notoriamente en su desempeño sexual, lo peor que puede hacer un hombre si quiere tener un maravilloso encuentro sexual es estar estresado y ansioso. Entre mas lo presione su mujer para que tenga mejor encuentro sexual, el paradójicamente responderá con un peor desempeño sexual, hasta llegar el momento en el cual el se bloque por completo y se niegue a intentar un encuentro sexual con ella.
Si bien es cierto que estos fantasmas llamados “Estrés y Ansiedad” afectan también en el deseo y desempeño sexual de las mujeres, esto resulta ser mucho más impactante y dañino para los hombre. Cuantas mujeres quizá algún día han tenido sexo con su pareja incluso sin sentirse deseosas o excitadas, ya que para una mujer es mucho mas fácil fingir en una relación sexual, ella podría incluso utilizar algún gel lubricante y su hombre ni cuenta se daría que ella no estaba excitada; pero díganme: ¿Como le hace un hombre para fingir una erección? Imposible.
Algunos como un acto de reafirmación como hombres se convertirán en conquistadores infieles compulsivos, buscando continuamente probarse el que si pueden satisfacer a una mujer, algunos lograran tener éxito al estar bajo el efecto del alcohol o las drogas y con mujeres que no son importantes para ellos, como por ejemplo con prostitutas a las que les pagan y que no se sienten con la responsabilidad de tener con ellas un gran desempeño; entonces al librarse de la presión psicológica, estos hombres pueden llegar a funcionar bien, aun que jamás vuelvan a tocar sexualmente a sus mujeres. Estos hombres al sentirse continuamente aplastados y humillados por sus mujeres encuentran en la infidelidad una manera de desquitarse de ellas.
Así que las mujeres castrantes y los hombres con pésimos desempeños sexuales caen en un circulo vicioso en el que se retro alimentan continuamente haciéndose un grave daño.
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