Los primeros 7 años de vida son determinantes para el futuro del individuo, ya que en estos años se fijan los patrones de pensamiento que nos guiarán el resto de la vida. En estos primeros años todos los seres humanos vivimos situaciones que nos afectan, nos marcan y que crean en nuestra psique heridas sumamente dolorosas; las cuales de manera inconsciente nos guiarán por la vida y las proyectaremos en la forma en la que nos vemos a nosotros mismos, al mundo y a las personas con las que interactuamos.
Estas heridas vaticinan cómo será nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Marcará el cómo los niños de hoy actuarán mañana.
Estas 5 heridas emocionales o experiencias dolorosas de la infancia van conformando nuestra personalidad.
Este patrón interno te hace reaccionar, de manera automática, y sabotea tus relaciones de pareja y la relación contigo misma/o.
1 – El Rechazo
(Esto lleva a generar relaciones tóxicas en las cuales la persona econtrará cualquier pretexto para huir al compromiso para no sufrir). El miedo al rechazo es una de las heridas emocionales más profundas.
Este patrón interno te hace reaccionar, de manera automática, y sabotea tu relación de pareja y la relación contigo misma/o.
El rechazo es algo que se puede grabar desde el vientre materno cuando el embarazo es no deseado. En su aparición pueden influir múltiples factores, tales como el rechazo de los padres, de la familia o de las personas con las que interactúas.
Quien padece de miedo al rechazo no se siente a un nivel muy profundo merecedor de afecto ni de comprensión y se aísla en su vacío interior. Es probable que, si hemos sufrido esto en nuestra infancia, seamos personas que se aíslan y se alejan de las relaciones humanas profundas. Por lo que es importante trabajar nuestros temores, nuestros miedos internos y esas situaciones que nos generan pánico.
2- Al abandono
La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Quien padeció abandono, tiende a abandonar a sus parejas, antes de que la abandonen. Tiende a ser fría y poco expresiva como un mecanismo de protección emocional. Lo cual paradójicamente la lleva a alejarse de la medicina que podría sanarla, emocional, mental y espiritualmente.
Este patrón interno te hace reaccionar, de manera automática, y sabotea tu relación de pareja y la relación contigo misma/o.
Abandonar a alguien significa apartarse de él, dejarlo, no desear más tener que ver con él. A veces el abandono se confunde con el rechazo pero hay una diferencia. Si decides rechazar a alguien lo repeles, para no tenerle junto a ti. Sin embargo, si decides abandonarlo te alejas, te marchas, para tomar distancia de forma temporal o definitiva.
Muchas personas que sufren la herida de abandono sintieron una falta de comunicación con el progenitor del sexo opuesto, le veían una persona reservada, que ocupaba poco espacio en la relación y con poco interés hacia el hijo(a) en cuestión.
3- La humillación
Esta herida se crea cuando en su momento sentimos que nos desaprueban y nos critican. Podemos generar estos problemas en nuestros hijos diciéndoles que son torpes, y ventilando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.
La herida emocional genera una personalidad dependiente. Además como un mecanismo de defensa, podemos volvernos tiranos y egoístas, e incluso a humillar a los demás como un terrible escudo protector.
4- La traición
Nace cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres, al no cumplir sus promesas. Esto provoca desconfianza que se puede transformar en envidia y otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros poseen.
Traicionar significa dejar de ser fiel a algo o a alguien.
Quien experimenta esta herida desea que el progenitor del sexo opuesto se encuentre bien: irá buscando ser especial para este, por lo cual en muchos momentos es manipulado por este último.
Si has padecido estos problemas en la infancia, sientes la necesidad de controlar a los demás, lo que frecuentemente se justifica con un carácter explosivo e incontrolable.
5- La injusticia
Esta herida se origina en un entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. Durante la infancia, una gran exigencia que sobrepase los límites generará sentimientos de incapacidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.
Quien experimento esta herida generara una personalidad rígida, pues estas personas buscan compulsivamente ser muy importantes y tener un gran poder. Es probable se haya creado una obsesión por el orden y el perfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones con seguridad.
Necesita trabajar la autoconfianza y la flexibilidad mental, generando la mayor flexibilidad posible y permitiéndose confiar en los demás.
Ahora que ya conoces las 5 heridas de la infancia, es importante sentarte a reflexionar sobre tu historia personal, sobre esto que ha marcado tu personalidad, y tu capacidad de desarrollarte como ser humano. Comienza un trabajo interior que te permita sanar estas heridas y vivir una vida mas completa y feliz. Si no puedes solo es importante que busque lo antes posible ayuda profesional.
Armando Franco
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