Uno de los problemas al que se enfrentan en la alcoba, tanto hombres como mujeres, es la imposibilidad de alcanzar la plenitud sexual debido a la pobre percepción que tienen de sí mismos, representando una doble crisis en cuanto sexo se trata: salud y estética.
A través de la historia la belleza corporal se reflejaba en cuerpos con sobre peso, caras redondas y caderas regordetas, en la actualidad la belleza del ser humano es sinónimo de delgadez, ocasionando problemas de autoestima en quien tiene un sobrepeso u obesidad, alejándolos de la oportunidad de poder expresar y demostrar todas sus cualidades amatorias, sobre todo, disfrutar una sexualidad plena.
El bombardeo de publicidad en los medios de comunicación en donde hacen alusión que el éxito en el amor y el sexo se asocian en cuerpos musculosos, siluetas apetecibles, senos voluminosos y cara perfecta, logran distorsionar la realidad del físico de la población latina, pero ¿qué pasa con quien tiene kilos de más, están exentos de tener pareja, o una vida sexual activa?
Muchas personas con sobre peso aclararon no tener ningún problema en su sexualidad. Lo que no debemos de perder de vista es que tener una vida saludable mejora y brinda un estado óptimo a nuestro cuerpo en todos los sentidos. El exceso de peso, u obesidad, es un gran enemigo de la salud cardiovascular y de la longevidad; asimismo trae consigo disfunción eréctil, se producen menor cantidad de espermatozoides (ocasionando problemas de fertilidad); desórdenes metabólicos (diabetes, triglicéridos, colesterol, etc.); estrés, depresión, ansiedad, baja de libido o apetito sexual, falta de lubricación, alteraciones en estrógenos y progesterona (altera el ciclo menstrual y hacen que no se presente la ovulación).
En una encuesta realizada se demostró que las personas con sobre peso u obesidad tienen una vida sexual menos satisfactoria. De hecho, los resultados mostraron que los niveles más bajos de testosterona y la disminución de la calidad de vida sexual estaban relacionados con un mayor índice de masa corporal.
De igual manera tiene consecuencias psicológicas como baja autoestima (al sentirse poco atractivos, sufren el rechazo de su pareja), son blanco de burlas y críticas por ciertos segmentos de la sociedad (sobre todo las mujeres creen que los estándares de belleza es ser delgadas), en el momento de la intimidad o tener sexo evitan desnudarse por pena de mostrar su cuerpo.
Vivir una vida sexual satisfactoria no es sinónimo de cuerpos de modelo de revista, sino el aceptarse y disfrutarse sin estereotipos, tener la capacidad para enfrentar los miedos, sacar la casta para acrecentar la actitud ante la vida y el sexo, sin importar la imagen corporal.
El arte amatorio, no el cuerpo, es lo que distingue a un buen amante; expresar y experimentar con erotismo, desarrollando sus capacidades eróticas a través de los cinco sentidos. No te frustres si tienes esos centímetros de más, aprovéchalos, porque tienes más espacio en tu cuerpo para sentir y acariciar: porque entre más haya de donde agarrar, habrá más por donde gozar. Desarrolla habilidades para seducir y deleitar, por ejemplo:
Tuve la fortuna de conocer a un joven que pesaba como 130 kg. (se justificaba como “gordito”, por la genética de su familia), creía que sus relaciones sexuales no eran satisfactorias por el exceso de grasa corporal que no le permitían ver el pene, tener energía suficiente para la relación física ( se sentía imposibilitado de realizar ciertas acrobacias en la cama); se dedicaba sólo a ciertas posturas y no deseaba desnudarse frente a su pareja. Por fortuna se dio cuenta que detrás de la falta de deseo sexual estaban enmascarados casi siempre el estrés, la mala alimentación y una pobre percepción de sí mismo, raigambres su autoestima deteriorada.
Después de un proceso de reflexión y tocar fondo, solicitó ayuda de un nutriólogo, apoyo psicológico e inició una rutina de ejercicios que le permitió llevar una vida saludable. A través de pensamientos positivos se aceptó tal y como era, adquirió confianza en sí mismo, y hoy es un hombre pleno (juguetón, ameno, simpático, seductor, bromista y muy cachondo). Se considera buen amante porque sonríe todo el tiempo, mejoró su actitud, despertó su cuerpo, genera energía erótica, se seduce a sí mismo, hace sentir importante a la otra persona, perfeccionó el sexo oral, besa incansablemente, acaricia cada centímetro de la piel, habla bonito al oído, es increíblemente creativo y espontáneo.
Esto es confianza en sí mismo, actitud frente a la vida y el sexo, demostrando que la pasión y el deseo no se califican por medio de peso en el cuerpo, sino en las ideas.