Leyendas urbanas

Georgette Rivera

Seguramente sabes lo qué es una leyenda urbana, y si no, no te preocupes, vamos a repasar un poco; es un tipo de relato o creencia popular que en ocasiones puede ser comparada con una superstición porque utiliza elementos inverosímiles y sobrenaturales, que en esencia se presentan con hechos reales  pero muy exagerados que se van transmitiendo de boca en boca; y mientras más van haciéndose conocidos, más cosas se les van aumentando hasta llegar a ser completamente fantásticos e increíbles, por la cantidad de eventos que rebasan la lógica y el sentido común. Las leyendas urbanas no son puras, pueden llegar a tener muchas versiones y ser corregidas y aumentadas a conveniencia de quien expresa elocuentemente la historia; sin embargo, pueden llegar a permear no sólo a un grupo reducido de personas, sino a una población entera. Muchas de estas narraciones vienen de historias antiguas, y al perder vigencia o validez, alguien las revive de otra manera con elementos actuales conocidos que pueden llegar a simbolizar toda una historia de vida para quien la esparció y la regó como la polvora.

Georgette Rivera

Una de las características más importante de estas leyendas, es que el narrador asegura, sin lugar a dudas, conocer a los protagonistas de las crónicas o ser una persona allegada a alguien que atravesó por tal o cual incidente. Dependiendo de la astucia o capacidad de las personas, la historia puede llegar a tener un gran impacto social, económico o político y, cuando esto sucede, se da el fenómeno que se conoce como la teoría de la conspiración.

Un ejemplo de una leyenda urbana es la de la autoestopista fantasma, que se divulgó por todo el mundo, también conocida como la leyenda de la curva; ésta es muy popular pues se dice que al ir viajando en carretera las personas se encuentran con la autoestopista, y en fracción de segundos desaparecen sin dejar rastro alguno cuando el vehículo aún se encuentra en movimiento. De las cosas que más se disfrutan en una narración es el elemento miedo, pues una vez que alguien la cuenta, por inverosímil que se escuche, caen en la creencia de que eso pudo haber ocurrido y comienzan  a sentir miedo y, tal vez, hasta desesperación.

Para que no te tomen por sorpresa, si ya te sabes la historia pero alguien más la está contando, trata de disfrutar y dejarte llevar por el relato del otro, al fin de cuentas lo importante es aquello que se causa en el escucha y, en ocasiones, es sorprendente lo que puede llegar a mover en los oyentes.

Si no te gusta la historia, ya tienes herramientas para hacer otra.

Que tengas una bendecida semana.

Georgette Rivera 

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