Lamentamos decirlo, pero llegará un momento en que tu hijo dejará de ser adorable. Antes de lo que imaginas lo verás hacer berrinches y hasta comportarse agresivamente. Cundo el pequeño comience a ser voluntarioso podremos darte la bienvenida a los terribles dos años.
Seguramente habrás escuchado la expresión alguna vez y aunque pareciera exagerado denominar de esa manera los primeros 24 meses de vida de tu bebé, en cuanto te toque vivirlo creerás que el pequeño angelito es la encarnación de Chucky, el muñeco diabólico.
Vale la pena aclarar que no es que tu hijo sea malo, sino que se volverá más inquieto y su comportamiento será imprevisible. Esto se debe a que cree que puede hacer todo lo que quiera. Para él no hay reglas sociales que cumplir, ni consecuencias que enfrentar.
Por ello es importante que lo ayudes a superar esta etapa y que la transición de bebé a niño grande no sea tan dolorosa, para ninguno de los dos.
Ideas que te ayudarán a superar los terribles dos años
- Límites. Todos los niños necesitan reglas, no sólo para moderar su comportamiento, sino para sentirse seguros. Así que por mucho que lo ames y odies verlo llorar, no puedes permitir que haga lo que se le dé la gana. Debes ser firme con lo que se debe y no hacer.
- Agresividad. Si tu pequeño comienza a golpear a la gente cuando no consigue lo que quiere, deberás ayudarlo a controlar su agresividad. Debe entender que cuando se comporta de esa forma lastima a los demás y que eso te entristece. A los dos años, decepcionar a tu mamá es lo peor que te puede pasar, así que seguramente dejará de hacerlo.
- Empatía. Los primeros años de vida, son claves para que las personas desarrollen la empatía. Ponerse en el lugar del otro y entender cómo les afectan nuestras palabras y actos es una de las mejores lecciones que puedas darle. Cuando llore, evita gritarle y trata de entender cómo se siente y qué lo haría sentir mejor. A partir de ahí puedes decidir cuál es el siguiente paso para enfrentar lo que lo hace sufrir. Aunque no lo creas, el ejemplo que des al manejar esas situaciones guiará su comportamiento futuro y marcará la forma en que se relacionen en el futuro.
- Reforzamiento. Cuando tu hijo haga algo bien, debes premiarlo. A esto se llama reforzamiento positivo y le enseña a asociar cosas buenas con portarse bien. Los premios no siempre tienen que ser siempre dulces, puedes abrazarlo o jugar con él.
- Sentimientos. Para sobrevivir los terribles dos, tu hijo debe aprender a expresar sus sentimientos con palabras. Una de las razones por las que los niños tienen crisis nerviosas es que no saben procesar o comunicar lo que sienten.
- Llanto. Sabemos que es difícil escuchar a tu hijo llorar, pero un poco de llanto no le hará daño, sobre todo si está en medio de un berrinche. Es necesario que el pequeño aprenda a auto-calmarse.
Lo más importante es que seas paciente y no olvides que eres el apoyo de tu pequeño.
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